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El cargamento fue incautado el 13 de octubre del 2013 en un procedimiento realizado por el entonces fiscal antidrogas de Curuguaty, Jalil Rachid, y policías de Antinarcóticos, según reportaba nuestro compañero asesinado Pablo Medina.
Los agentes retuvieron un camión Scania color blanco, manejado por José Antonio Osmik Galeano. Luego de realizar una minuciosa revisión en la carreta fueron encontradas 146 bolsas, que totalizaron 3.781 kilos de marihuana prensada. El operativo se hizo en Curuzú Paí, departamento de Canindeyú, sobre la ruta que une Ygatimí con Curuguaty.
A raíz de ello, Osmik fue imputado por tenencia de drogas y posteriormente acusado por el Ministerio Público, pero hasta el momento no se ha fijado la audiencia preliminar del caso, donde el juzgado debe decidir si enfrenta o no juicio oral y público. La última diligencia realizada dentro de la causa es la quema de la droga luego de un año y seis meses de haber sido incautado.
Según un relatorio encontrado en la computadora de nuestro compañero Pablo Medina, Osmik Galeano fue uno de los narcotraficantes de la zona que estaba planeando acabar con su vida.
“Un agente policial reveló a este corresponsal que dos de los matones (Ramoa y Ligerinho) evidenciaban rabia contra las publicaciones y culparon al periodista de ABC de haberlos delatado y advertido al fiscal antidrogas de Curuguaty, Jalil Rachid, para montar el retén que derivó en la incautación del cargamento. Días después del procedimiento fiscal-policial, los dos matones se encontraban (específicamente en la noche del martes 15 de octubre) ingiriendo bebidas alcohólicas con familiares de Osmik Galeano, coincidentemente frente a la oficina de redacción regional de ABC Color”, decía lo relatado por Medina.
“En el mismo local viven los padres de José Antonio Osmik. Asimismo, esa misma noche, dos hombres que serían miembros de la misma banda se instalaron en las inmediaciones de la vivienda de este periodista, ubicada detrás de la parroquia de Curuguaty. Existe una notoria intención de un eventual plan de ataque contra este trabajador de prensa. Ante esta desventajosa situación, decidí abandonar la ciudad de Curuguaty con toda la familia (dos hijos menores y una esposa), ante el peligro de vida que representa desarrollar mis actividades periodísticas en la zona, sin protección alguna”, decía con temor el corresponsal de ABC Color dejando constancia del amedrentamiento por parte de narcos.