Las “estrellitas” no son tan inofensivas

Probablemente le cueste resistirse al pedido de su hijo, y termine comprándole uno que otro juego pirotécnico esta Navidad. Pero mucha atención, porque quizá esa estrellita que usted considera inofensiva, puede también causar daños graves.

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Los padres suelen dar todo a cambio de la sonrisa de un niño, más aún en estas fechas en las que la sensibilidad está a flor de piel.

Pero, ¿y si para obtener esa sonrisa, lo que hay que dar a cambio es un “juego” que en realidad podría poner en peligro el bienestar físico de los chicos?

Casi todos los pequeños desean experimentar con algún juego pirotécnico en estos días, y no se cansan de pedirlos. Pero las cifras de accidentes con petardos son tan elevadas y trágicas cada fin de año, que es prudente pensar dos veces antes de pasar por la tienda a adquirir alguna “bombita” para el divertimento de los más pequeños de la casa.

Por lo general, los padres optan por lo que creen es el camino más responsable: comprarles una pirotecnia sencilla, como las tradicionales estrellitas, los fosforitos o los aparentemente inocentes ajitos.

Atención con esto, porque el Ministerio de Salud advierte que no por ser pequeñas las bombas dejan de ser peligrosas. Las estrellitas, ajitos y fosforitos también están incluidos entre los petardos que podrían causar severos daños a la piel de quienes las manipulen.

El motivo es que contienen pólvora blanca, que puede producir importantes quemaduras, sorderas, daños oculares, e incluso llegar, lamentablemente, a la amputación de miembros.

“He visto incluso muertes en niños por manipulación de estrellitas”, señaló el doctor Bruno Balmelli, director del Centro Nacional de Quemaduras y Cirugías Reconstructivas (Cenquer). Explicó que la chispa que produce la estrellita puede quemar la ropa y esto a su vez quemar la piel de los niños. "Esta quemadura es prácticamente irreversible”, aseguró el galeno.

Recalcó que las quemaduras pueden prevenirse, por lo que insiste estar pendiente de los niños y no darles explosivos para que jueguen.

El especialista recomienda en lo posible no utilizar los petardos, caso contrario, pide que la manipulación del artefacto pirotécnico esté a cargo de una persona mayor, que no se encuentre bajo los efectos del alcohol. Menciona que nunca la explosión de petardos debe realizarse dentro de la casa ni en lugares cerrados, menos aún cerca de las personas ni de los animales.

La curación y tratamiento de un paciente víctima de quemaduras por petardos, con amputación de uno o dos dedos le cuesta al Estado entre 40 y 50 millones de guaraníes.

Si bien en los últimos años se logró disminuir la cifra de quemados y mutilados por artefactos pirotécnicos, el porcentaje de lesionados sigue siendo alto. De acuerdo a lo informado por el Dr. Bruno Balmelli, hace 5 años, el número de víctimas durante la Navidad y el Año Nuevo por manipulación y explosión de petardos era de 45. En el 2015 se observó una reducción importante, llegando solo a 21 pacientes lesionados por pólvora; mientras que en el 2016, la cifra de quemados llegó a 16 –solo uno era adulto, el resto niños-. Puntualizó que dentro de este grupo, el 93% de ellos contaba con menos de 15 años de edad; más de la mitad de los lesionados por bombitas -el 52%- tenía menos de 10 años; el 25% menos de 4 años, uno de ellos apenas alcanzaba los 1 año de edad.

En Paraguay, un promedio de 30 niños mueren al año por quemaduras prevenibles.

Aconsejan asimismo a la población no hacer uso de las armas de fuego a fin de evitar tragedias y cegar vidas.

 

 

 

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