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“Me tocó cuando estaba en el gimnasio, que funciona en un edificio en el distrito financiero de Santiago. Se movía todo. En principio pensamos que era la música de una clase de al lado, pero como siguió nos miramos entre todos y empezamos a evacuar luego el edificio al darnos cuenta”, comentó.
Describió que una plaza adyacente estaba llena de gente, al igual que la zona de los supermercados, hoteles y las calles en general. “La gente sale de los edificios y permanece asustada en las calles”, acotó.
También comentó que se enteró de amigos a los que se les habían caido objetos en las casas, se rompieron utensilios, pero no sufrieron heridas. Incluso, hay personas que refieren que se cortó la electricidad mientras estaban en un shopping.
El compatriota dijo que este fue el más largo de todos los tamblores que hasta ahora le tocó experimentar durante su estadía en Chile. “Siempre se siente, diez, quince segundos por las mañanas. Es algo constante aquí, pero algo fuerte como el de ahora se da muy poco”, explicó.
Sobre la situación de otros paraguayos residentes en Chile destacó que cuando ocurre una situación de emergencia se dispara una alarma entre los compatriotas o los grupos de paraguayos que se conocen entre sí. La colectividad paraguaya en Chile es de unas 3.000 personas.
“En nuestro grupo hay comunicación y todos dijeron estar bien. No pasó más de un gran susto. Hay casos de alguna paraguaya que estaba sola en el momento del temblor y se llevó un gran susto por ser el primero que le toca sufrir. Otra amiga contó que se le cayeron los vasos y platos que se rompieron. También recibimos información de una amiga que se encontraba en uno de los edificios más modernos de Santiago, que tiene sistema antisísmico, y que seguía moviéndose sin parar”, concluyó.