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“Para el Ministerio Público no hay duda: hemos llegado con grado de certeza a concluir la investigación de que se trata de un hecho punible de feminicidio, porque efectivamente se ha comprobado que la muerte se da con las características propias del desvalor hacia el género de la mujer”, indicó el fiscal del caso Yoan Paul López, que en la fecha presentó acusación y solicitud de juicio público para el exesposo de la asesinada.
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La Fiscalía igualmente logró determinar que si Sabryna no moría por asfixia -ahorcada por su marido- igualmente hubiera perecido por un golpe que le dio el mismo en el pecho. Además, la presunta actitud violenta previa de Stadecker quedó evidenciada en pruebas recolectadas por el Ministerio Público.
“La víctima estaba sumergida en ese círculo de violencia que consta de tres fases: una fase de tensión que puede durar meses, semanas, años, en una relación de pareja. No estamos hablando de una simple tensión, estamos hablando de una tensión con una entidad real, donde la mujer tolera situaciones que no desearía y por supuesto es deseada en gran parte por su marido, pero con una situación que coarta su voluntad”, detalló.
Las siguientes dos etapas son “la del golpe y finalmente la de luna de miel (un supuesto arrepentimiento del agresor y el perdón de parte de la pareja que termina en no denunciar los abusos), por eso llamamos del círculo de violencia. Los familiares no suelen estar en conocimiento de esta situación”, detalló el fiscal.
La mujer se habría visto obligada a callar cuanto menos una semana la violencia física que sufrió, ya que mediante pruebas fotográficas se pudo determinar que, poco tiempo antes al asesinato, Sabryna ya presentaba lesiones en gran parte del cuerpo.
“Las pericias de imágenes arrojaron fechas ciertas donde incluso la víctima aparecía con la tapa de un periódico que arrojaba una fecha de una semana antes del deceso de ella. Aparecía con la tapa del periódico y las lesiones en las extremidades superiores e inferiores, y esas son pruebas contundentes de la violencia que le preceden al desenlace fatal”, comentó el agente fiscal.
Estos antecedentes podrían ayudar a solicitar la pena máxima por feminicidio, que es de 30 años de cárcel, aunque el fiscal no quiso adelantar -por cuestiones de estrategia procesal- cuantos años pedirá para el acusado.