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A fines de mayo, la muy católica Irlanda votó a favor de la liberalización de la legislación sobre el aborto, en un referéndum que concitó suma atención en ese país. Mañana, en la Cámara de Diputados de Argentina se votará también un proyecto de ley sobre interrupción voluntaria del embarazo seguro, libre y gratuito hasta la semana 14 de gestación.
La sociedad argentina está dividida en torno a este debate y la discusión se ha extendido a nuestro país, donde el aborto está penado por ley, aunque se practica de manera clandestina y es una de las principales causas de muerte de mujeres en la franja de 25 a 29 años de edad, según el Ministerio de Salud Pública.
En el video de 1:10 de duración, fechado en junio de 2018 en Asunción, se ve a las artistas paraguayas con la cabeza cubierta y la cara tapada con el pañuelo verde que se ha convertido en el símbolo de las feministas argentinas que pelean por la despenalización del aborto en su país. Al principio son solo un puñado de mujeres, a las que se van sumando otras. En el grupo hay músicas, artistas visuales, fotógrafas, actrices y más.
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“Somos diversas mujeres artistas. Nos juntamos para hacer un video apoyando el debate en torno al aborto en Argentina. Pensamos que por ser artistas teníamos un arma, pero no fue así. Muchas compañeras querían participar, pero manifestaron su miedo por las represalias familiares, laborales y sociales. Vivimos en una sociedad hipócrita que imputa la libre expresión en plena democracia abrazándose a una dictadura que nos sigue matando. Entonces decidimos hacer el video encapuchadas para proteger algunas identidades y así fuimos más. Y más”, dice el texto que se puede leer en el video.
Al final, el mensaje es el siguiente: “En un país donde no enseñan educación sexual ni permiten una educación con perspectiva de género, creemos que la militancia de las mujeres a través del arte. Educación sexual para decidir. Anticonceptivos para no abortar. Aborto legal para no morir”.
El audiovisual se difunde en las redes sociales.
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El código penal paraguayo castiga el aborto con penas de prisión. En su artículo 109 dice que “el que matare a un feto será castigado con pena privativa de libertad de hasta cinco años. Se castigará también la tentativa”. Establece que si la embarazada actúa sola o con la intervención de un tercero, la pena privativa de libertad será de hasta dos años. El mismo código señala que no obra antijurídicamente el que produjera indirectamente la muerte de un feto, si esto, según los conocimientos y las experiencias del arte médico, fuera necesario para proteger de un peligro serio la vida de la madre.
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En sus observaciones y recomendaciones para el Paraguay en 2017, la Convención sobre la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación contra la Mujer o CETFDCM (también conocida por sus siglas en inglés CEDAW) hizo referencia a las altas tasas de mortalidad materna, principalmente debido a abortos inseguros, profesionales de la salud que se niegan a realizar abortos terapéuticos y que denuncian a la policía a las mujeres que solicitan asistencia relacionada con el aborto.
Su recomendación fue remover las medidas punitivas impuestas a mujeres que se someten a aborto y legalizar el aborto al menos en los casos de riesgo para la salud de la mujer, violación o incesto, y en caso de malformación fetal grave.