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Gogorza dijo que, según lo que se lee y se ve en los medios de comunicación, la violencia, las muertes y las venganzas están a la orden del día. Según el sacerdote, esto se debe a la crisis en valores de la familia.
Dentro de la familia, el desafío principal es superar el individualismo y evitar que el hombre “se instrumentalice”. Para ello, es necesario fortalecer la “convivencia en amor”, manifestó.
“Hemos vivido últimamente escándalos de corrupción y nepotismo, lo cual es una fuerte muestra de que el individuo está por encima de las personas (...) El materialismo se ha convertido en el dios preferido”, reclamó.
Dijo que otra evidencia de que el individualismo está en auge es que las personas llegan a su casa junto a su familia, pero terminan encerrándose en su mundo con el celular, la internet, la computadora, etc. “No hay alegría de encontrarse en la casa”, indicó.
El obispo dedicó gran parte de la homilía a realizar una crítica hacia el aborto y otros “atentados hacia la vida”.
Habló de rechazar cualquier violencia y también evitar que la ayuda a los pueblos esté condicionada a aceptar estas prácticas, mencionó.
Instó a los padres a ser exclusivos encargados de la educación sexual de sus hijos. “A veces esa prudencia, esa paz es síntoma de cobardía, pero va contra los principios fundamentales”, señaló a continuación.
Gogorza fue el encargado de presidir el sexto día del novenario en homenaje a la Virgen Nuestra Señora de los Milagros de Caacupé. El tema abordado fue: “La realidad de la familia y la vida actual necesitan una Nueva Evangelización”.