La iniciativa, de la que se han desvelado pocos detalles y es presentada como un proyecto “muy a largo plazo”, se conoce el mismo día en que el presidente brasileño, Jair Bolsonaro, realizó su primera visita de Estado a Argentina desde que llegó al poder el 1 de enero pasado, durante la que se reunió con su homólogo, Mauricio Macri, y mantuvo un encuentro con empresarios.
Es en ese último evento que, según medios locales argentinos, Bolsonaro y su ministro de Economía, Paulo Guedes, se refirieron a la negociación para crear una suerte de “peso-real” y un banco central supranacional. “ Es algo muy a largo plazo.
La moneda común puede ser un proyecto de largo plazo pero requiere de una convergencia macroeconómica previa” , expresaron a Efe las fuentes, que confirmaron que Guedes y el ministro de Hacienda de Argentina, Nicolás Dujovne, llevan avanzadas las conversaciones y volverán a tratar el tema en la próxima cumbre del G20 en Osaka (Japón) a finales de este mes.
Tanto el peso argentino -habituado a una gran volatilidad y devaluado más de un 50 % en el último año- como el real brasileño son dos monedas de mercados emergentes que sufren de forma habitual los vaivenes de la economía internacional y ambos países, en especial Argentina, registran alta inflación.
La idea de adoptar una divisa común ya sobrevoló en otras ocasiones de la relación bilateral argentino-brasileña, aunque no llegó a prosperar. A lo largo de la jornada, tanto Macri como Bolsonaro y otros miembros de sus Gobiernos apostaron fuertemente a la necesidad de impulsar el Mercosur, bloque que integran Argentina, Brasil, Uruguay y Paraguay.
“El Mercosur requiere eficiencia en el intercambio entre los socios, pero también que sea una plataforma de apertura y de eficiencia hacia el resto del mundo, como se ve en negociaciones estratégicas que están cerca de concluir, como con la Unión Europea”, dijo el canciller brasileño, Ernesto Araújo.