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El terrible caso se produjo el 12 de marzo de 2017, en la localidad de Cecilio Báez, Departamento de Caaguazú, cuando un cable suelto de alta tensión de la ANDE casi mata a María Sergia Toledo que, sin embargo, debido a la descarga eléctrica sufrió graves quemaduras en los pies, ambas piernas, muslos y la cabeza.
La víctima, una enfermera de profesión de 25 años de edad, recordó que el accidente ocurrió un día domingo, alrededor de las 14:30, estando ella en su vivienda familiar. Comentó que cerca de esa hora cayó un fuerte viento con llovizna, y como consecuencia se soltó el cable de alta tensión de la ANDE.
Añadió que el cable cayó primero sobre un árbol que está en el patio de la casa, y uno de los extremos, que se extendió hacia la puerta de enfrente, lo tomó de espaldas cuando ya estaba ingresando a la casa, y volvió a sacarla con violencia hacia afuera, dejándola inconsciente.
Dijo que la trajeron de emergencia y estuvo internada en terapia intensiva en el Centro del Quemado de Asunción, con un pronóstico reservado y crítico, donde los doctores advirtieron a sus familiares que si quedaba con vida, iba a estar postrada de por vida, sin poder movilizarse, ni realizar tarea alguna. “Por la gracia de Dios, en 12 días me trasladaron a una sala común”, expresó.
Comentó asimismo que la gente de la ANDE se comunicó con sus familiares recién en mayo del 2017 (después de dos meses), comprometiéndose a cubrir los gastos médicos. “La indemnización es aparte, por el estado en que me encuentro actualmente, con secuelas graves de las quemaduras”, expresó la afectada
Recordó que, debido a que carece de recursos económicos para reclamar una indemnización en el ámbito judicial, presentó en diciembre del año pasado, por su cuenta, un pedido a la empresa, dirigido al presidente de la institución, Víctor Romero, pero hasta hoy no se ha dado curso a la solicitud.
“Antes del accidente yo estaba muy bien, era independiente, trabajaba en el Centro de Salud de Cecilio Báez, pero este empleo lo he perdido y hasta ahora no logro conseguir otro, lo cual me ha obligado a vivir de la solidaridad de mis familiares y vecinos”, lamentó.