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Ferreira conversó con radio ABC Cardinal este martes y detalló que la ANDE tiene, cada año, un 25 ó 26% de pérdida de su energía eléctrica. “De eso, el 6% corresponde a lo que se pierde en el sistema de transmisión desde las hidroeléctricas”, precisó. Lo restante es energía que se hurta o se vuelve a perder en le redistribución.
Esto le cuesta a la ANDE entre US$ 12 millones y US$ 14 millones cada mes, es decir unos US$ 160 millones cada año. “De eso, 6 (millones) o 7 millones podrían ser hurto de energía”, explicó.
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Ferreira agregó que el hurto de energía, la pérdida, se centra en el este del país. Eso representa el 44% del total de electricidad que la ANDE no recibe. El presidente de la entidad admitió que existe un esquema de robo de electricidad que se puede combatir, pero que es muy difícil lograrlo.
Negó además que solo los ocupantes de los asentamientos roben la energía, ya que también hay “consumidores grandes, entre los que puede haber fábricas”.
Finalmente, Ferreira aseguró que estos “grandes consumidores” serán intervenidos primeramente, a modo de evitar estos robos y pérdidas. “Vamos a comenzar por donde están los más gruesos, donde mayor cantidad de pérdida hay”, concluyó.