Analizan si militar fue drogado antes de ser asesinado

La Fiscalía estima que en 15 días se tendrá un informe respecto a si el sargento Pedro Rodrigo Riveros fue dopado antes de ser asesinado de un balazo en la cabeza, en Campo 9. Se presume que una mujer lo sedujo y posteriormente lo drogó para reducirlo.

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El doctor Pablo Lemir, médico forense del Ministerio Público, se refirió al avance en torno al caso del sargento 1º Agropecuario del Ejército Pedro Rodrigo Riveros Rojas (27), quien fue hallado muerto el miércoles último tras permanecer desaparecido desde el sábado 3 de setiembre en Campo 9, Caaguazú.

En contacto con radio ABC Cardinal, el especialista indicó que ayer concluyó la autopsia, ocasión en que se extrajeron muestras de tejidos y algunos órganos, a fin de determinar si el hombre consumió alguna sustancia con la cual habría sido reducido. “Sacamos muestras del hígado y sangre para hacer los análisis toxicológicos”, refirió.

Al ser abordado con respecto a cuándo se tendrá el resultado de los estudios, estimó un periodo de dos semanas. “Eso tiene su tiempo, para ver si hubo o no rastro de alguna sustancia o fármaco para someterlo; calculo que tal vez en 15 días tendremos el resultado”, manifestó.

Una de las hipótesis manejadas por los investigadores es que el militar -un efectivo altamente entrenado en combate- fue seducido por una mujer, con quien habría tenido relaciones sexuales. Posteriormente, la misma lo habría drogado para reducirlo y permitir que cómplices lleguen a maniatarlo para posteriormente secuestrarlo.

El joven desapareció el sábado 3 de setiembre de la casa que compartía junto a otros dos camaradas, quienes lo habían dejado solo ese fin de semana junto con dos fusiles M16. Al regresar el lunes 5, sus compañeros ya no lo encontraron en el lugar, de donde igualmente desaparecieron las armas de guerra.

Posteriormente, el miércoles 7 de setiembre, un tractorista encontró el cuerpo del sargento en medio de una plantación de trigo, en J. Eulogio Estigarribia, a unos 1.000 metros de la ruta VII “Gaspar Rodríguez de Francia”. El cadáver se encontraba maniatado y presentaba un balazo en la cabeza.

Lemir reafirmó que la bala ingresó por la parte posterior de la cabeza y salió a la altura de la frente. “La trayectoria fue de atrás para adelante; sería de arriba para abajo”, manifestó. El especialista agregó que el disparo fue a corta distancia, aunque aclaró que “no hablamos de que fue a quemarropa ni con el arma apoyada en la cabeza”.

Los asesinos se llevaron solo las armas de la vivienda, donde los investigadores encontraron intactos casi G. 3.000.000, además de una pistola y otros objetos de valor, lo que acentúa la versión de que el objetivo de todo eran los dos fusiles de guerra.

La hipótesis de que hubo una mujer de por medio para engañar y reducir al militar se reforzó debido a que en en el baño de la vivienda los intervinientes encontraron un preservativo usado, que -según sus camaradas- no estaba en el sitio cuando dejaron a Riveros el fin de semana.

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