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En relación a la crisis política desatada en nuestro país desde el pasado 15 de junio, desde la masacre en Curuguaty y la posterior destitución del presidente Fernando Lugo, varios medios de comunicación internacionales han incluido en sus textos, la defensa de la soberanía paraguaya y los problemas multilaterales que surgieron como consecuencia.
Analistas extranjeros instan a respetar el orden democrático y el proceso con el cual se llevó a cabo el juicio político a Fernando Lugo. Un analista político, el brasileño Reinaldo Azevedo, en la página brasilera “Veja”, tituló el pasado domingo: “¿Qué es después de todo, lo que quiere Dilma? ¿Qué vuelva otra ‘Guerra del Paraguay’? ¡Brasil tiene que ser más respetuoso de la soberanía de un país vecino!”, mostrándose contrario a las determinaciones de la presidenta brasileña en relación a la crisis política del Paraguay. “Así que vamos a ver. La ley se cumplió. La democracia sigue en pleno funcionamiento. Los poderes establecidos y el pueblo de Paraguay reconoce el nuevo presidente”, manifiesta Azevedo.
El enviado especial a Ciudad del Este de la cadena BBC de Inglaterra, John Fellet, siguió de manera minuciosa los impactos en la actividad comercial en la Triple Frontera que tuvieron las amenazas de sancionar al Paraguay por parte de los países vecinos. De “pasillos vacíos” subtitulaba una parte de su texto Fellet, en alusión a la ausencia de compradores brasileños, al punto que “la clientela era tan pobre que los vendedores salieron a los pasillos a charlar con los colegas de las tiendas vecinas”.
El domingo último, los Estados partes del Mercosur decidieron separar a Paraguay de la próxima Cumbre a fines de este mes. Incluso, se piensa en el aislamiento de nuestro país con el cierre de fronteras. Mandatarios vecinos hablaron de apelar las sanciones previstas en los protocolos multilaterales, pero el tema todavía está, por tanto, no existe una definición sobre el asunto.
“Los errores propios y las ambiciones ajenas” se denomina el análisis de Juan Landaburu publicado en la edición impresa de La Nación Argentina. Hace referencia a una breve pero atinada reseña sobre el “complejo entramado de internas políticas entre los principales partidos paraguayos”, y de los pasos que llevaron al expresidente Fernando Lugo a la destitución.
“Sin más apoyo político que el de grupos radicales de izquierda, con un electorado que ya empezaba a cansarse de un presidente que en el mundo fue más conocido por sus escándalos de paternidad que por materializar sus promesas progresistas, Lugo tiene su última esperanza en una misión diplomática internacional que llegó ayer a respaldarlo, pero que podría no ser suficiente”, indicó Landaburu.
Mientras, Carlos Gervasoni opina en el mismo medio que “la situación paraguaya es demasiado grave como para analizarla sobre la base de eslóganes o comparaciones apresuradas (por ejemplo, con los hechos ocurridos en Honduras, en 2009, o en Venezuela, en 2002)”.
Por otro lado, este lunes la Comunidad Paraguaya en Francia emitió un comunicado acerca de los momentos dramáticos que le toca vivir al país.
Condenan la forma en que se llevó a cabo el juicio político. Afirman que la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) ha puesto en duda su legalidad y lo ha calificado como atentatorio.
Indican que “el proceso democrático es interrumpido por medios de dudosa legalidad se instaura un proceso de golpe institucional que puede llevar al país a una situación de profunda regresión social y política y a momentos de gran tensión y confrontación”.
Finalmente, exhortan a las diferentes organizaciones de paraguayos en el exterior a manifestar nuestro rechazo al gobierno surgido el viernes 22 de junio y a movilizar las opiniones públicas de los países en donde se encuentran residiendo.