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Nuestro compañero de tareas relató que, alrededor de las 20:00, una persona llamó a su casa. La llamada fue contestada por su hija de 8 años y una voz masculina le dijo: “Hola, niña” y luego le faltó al respeto, lo que asustó a la pequeña y por ello cortó inmediatamente la comunicación. Minutos después sonó nuevamente el teléfono y la niña –que todavía no había dado detalles sobre la llamada anterior– dijo que no quería contestar, por lo que Ruiz Díaz se encargó de responder, pero la persona del otro lado cortó sin pronunciar palabra alguna.
Alrededor de una hora después, un desconocido llamó a la casa de su suegra (ubicada a media cuadra de la vivienda del comunicador) y le expresó que habían secuestrado a su hija -en referencia a la esposa del corresponsal de ABC- y luego le manifestó que no se preocupara, ya que ellos -los llamadores- supuestamente eran policías. La mujer llegó llorando a la casa de los Ruiz Díaz y contó lo sucedido. Agregó que el hombre que le llamó incluso le pasó el teléfono a una mujer, quien se hizo pasar por su hija y le pidió que le ayudara.
Mientras todavía se encontraban sacudidos por las llamadas, el desconocido volvió a comunicarse al domicilio del periodista, quien atendió el teléfono y el hombre al otro lado le dijo que no cortara y que le escuche atentamente, para luego advertirle de que una persona de su familia será secuestrada. El caso fue inmediatamente denunciado ante la comisaría local y el periodista informó que pedirán protección policial a la Fiscalía.
Esto sucede luego de publicaciones hechas por ABC Color en las que se evidenciaba el transvase de combustibles desde embarcaciones en el río Paraguay hasta la ribera y que serían producto de robo (ordeño) o contrabando.