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En la víspera, las tres hijas del asesinado Luis Alberto Lindstron Picco (63), Luisa, Silvia y Amalia, abandonaron Tacuatí y despidieron a unos 150 trabajadores, a raíz de las nuevas amenazas que recibieron del EPP.
Sin embargo, Aníbal Lindstron, hermano del ganadero asesinado, sostuvo que ya tuvieron el tiempo necesario para cerrar todo y tranquilizar la situación, antes de reiniciar las tareas, aclarando que no se moverán de Tacuatí, departamento de San Pedro.
Dijo que esta situación puede ocurrir en cualquier parte y que hicieron entender a los trabajadores despedidos cuál era la situación.
“Silvia (Lindstron) recibió amenazas fuertes. Ahora está tranquila y está en su casa. Vamos a ayudarnos. Vamos a parar un tiempo, un tiempo prudencial”, dijo Aníbal Lindstron en contacto con radio Ñandutí.
Dijo que los 150 empleados no tendrán trabajo por un lapso de 8 a 15 días y que abandonaron la carbonería, ya que se encontraba en un lugar cercano a la zona militarizada, de manera a que los efectivos trabajen tranquilos.
Confirmó además que solo es Silvia la que está en Tacuatí, ya que las otras dos hermanas viven en Hernandarias, Alto Paraná, y Curuguaty, Canindeyú, respectivamente.
“Yo te voy a ser sincero: es muy difícil de conseguir personal que quiera ir a trabajar”, expresó Lindstron, preocupado por la situación reinante.
Luis Alberto Lindstron Picco, asesinado por el EPP el 31 de mayo pasado, era el sustento de la comunidad de Tacuatí.
Solamente en el aserradero, que funciona en el mismo pueblo, quedaron sin trabajo 50 hombres, mientras que la carbonería también dejó 50 desempleados. Quedó igualmente inconclusa una gasolinera que iba a servir de sustento económico para las familias del lugar.