Alertan sobre la peligrosidad del aceite de contrabando

Referentes de la producción aceitera local advirtieron sobre los riesgos para la salud y para la sociedad que implica la compra y consumo de aceite que ingresa al país de forma ilegal y que se comercializa en las calles.

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Uno de los grandes flagelos de la economía paraguaya es el fácil ingreso de productos de países vecinos por contrabandistas que inundan el mercado local, causando enorme perjuicio a la industria nacional, y el rubro de aceites comestibles es uno de los más golpeados.

“Los aceites requieren parámetros de calidad estrictos para garantizar su inocuidad y calidad en sabores y olores. El aceite se debe conservar en un lugar adecuado. Por más que se le aplique el proceso de refinado durante su elaboración, esto se destruye con la exposición por horas al sol, como los que ingresan de forma ilegal y se venden en las veredas”, explica Rodolfo Dos Santos Ferreiro, director de Conti Paraguay.

El principal enemigo de la calidad y estabilidad de los aceites es, sin dudas, las altas horas de exposición al sol, afirma. El aceite comestible, al permanecer durante varias horas expuesto a los rayos ultravioleta y a altas temperaturas, sufre un proceso que se conoce como oxidación -detalla- que da origen a la descomposición del producto

“En ese proceso se forman elementos oxidados de diversa naturaleza, que son tóxicos. La cantidad es relativamente pequeña; caso contrario, moriríamos al instante de consumirlo, pero se van acumulando en el cuerpo”, sostiene.

En Paraguay, según cifras oficiales, se consume aproximadamente unos seis millones de litros al mes, pero el 52% del mercado está dominado por el aceite de dudoso origen.

“Paraguay tiene la suficiente capacidad y calidad para abastecer a todo el país” dice Marcelo Carlomagno, gerente industrial de Conti Paraguay, pero a consecuencia de la ilegalidad no se puede dar un valor agregado al producto paraguayo.

Afirma que para combatir esta situación son claves la formalización y la concientización, esto último especialmente en los consumidores. “Hay que tener siempre presente que el aceite de dudoso origen no construye escuelas, no construye infraestructura, nuevos hospitales, no paga IPS. Tiene que haber un cambio muy profundo sobre una nacionalidad de que el aceite paraguayo puede competir a cualquier nivel y necesitamos lograr la formalización y cuidar lo que el Paraguay produce”, reflexiona Carlomagno.

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