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La queja se extiende además a las personas que utilizan los canales de desagüe como basurero, impidiendo el normal escurrimiento de las aguas y dejando una pésima imagen de la ciudad. Mencionaron que planificando la ubicación de las casillas y mejorando la limpieza en los lugares de mayor concurrencia, se podría ofrecer mayores atractivos a los visitantes.
Los pobladores afirmaron que es necesario que las autoridades municipales sean cada vez más rigurosas con los controles, más aun considerando que esta ciudad del Ñeembucú basa su economía casi plenamente en el turismo de compras.
Diariamente, centenares de familias formoseñas cruzan el río para aprovechar los precios convenientes de los negocios alberdeños. Lamentablemente, los servicios que prestan las instituciones encargadas de recibirlos no son los mejores, y a esto se suma la falta de planificación y orden en la instalación de los locales comerciales.
Debido a la falta de intervención de las instituciones competentes, queda poco espacio para el ingreso de los turistas, cuando se les debería facilitar el acceso y darles la comodidad necesaria para realizar sus compras.
Los vecinos indicaron que si esto fuera planificado y se sancionara a los infractores, la afluencia de turistas sería mucho mayor y se podría captar el interés de los compradores con mayor capacidad adquisitiva, que generalmente no se atreven a enfrentar la incomodidad e inseguridad que plantea la precaria infraestructura del sector portuario y comercial de Alberdi.