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La titular de la Secretaría del Ambiente (Seam) fue quien autorizó en febrero pasado la cacería de unos 214.000 ejemplares de teju guasu.
Posteriormente, la funcionaria debió rever su postura ante la indignación que se desató en las redes sociales.
La reacción de la ciudadanía motivó incluso la aprobación de una interpelación a la secretaria de Estado, que hoy deberá responder a las consultas de los diputados.
La ministra comentó que son 42 las preguntas que debe responder ante el pleno, a partir de las 14:00 de este martes.
Aclaró que, del total de puntos del cuestionario, solo 17 hacen referencia directa a la cacería del teju.
Sobre el escándalo en que se vio envuelta por haber autorizado la cacería del teju, aseguró que su error fue la falta de una adecuada comunicación sobre el tema.
“En el tema del teju tuvimos una falta grave, que fue la comunicación. Somos técnicos y no nos dimos cuenta... las redes sociales, el sentimiento que tiene la gente... Hay más gente que está preocupada e interesada y nos parece bien”, sostuvo durante una visita a las instalaciones de la 780 AM.
Aseguró que el problema radicó en que “no tuvimos una estrategia de comunicación, porque pensamos que iba a ser como hace 10 años, cuando era normal (la cacería) del teju”, sostuvo.
Consideró que los cuestionamientos obedecen a que hay desconocimiento sobre el manejo de esta especie. “Es correcto y normal temer cuando no se conoce el sistema”, refirió.
“Hasta hoy no se entiende el tema del teju, no saben cómo es que se puede abrir una temporada de cacería”, aseveró.
Indicó que la especie pudo haber sobrevivido sin problemas, en caso de haberse concretado la cacería de los 214.000 ejemplares.
“Es una especie que resiste, que puede resistir muy bien la extracción del medio”, manifestó.
Justificó esta práctica al señalar que “el teju no está en peligro de extinción. Es una especie común, estable, que no aumenta ni disminuye en su población”, agregó.
Recordó que en años anteriores se llegó a autorizar la cacería de un número mayor de ejemplares y, aun así, no se produjo su desaparición. “Hasta hoy no les pasa nada; la evaluación constata que es una especie a la que no le pasa nada”, refirió.
Al ser abordada nuevamente sobre la falta datos certeros sobre la cantidad de estos animales en el país, indicó que no es posible realizar un censo.
“En el caso del teju no se puede usar el censo. Es una especie muy particular, que vive en cuevas, escondida la mayor parte del tiempo”, explicó.
Aseguró que el animal incluso puede soportar la desaparición de su hábitat natural, ya que se adapta fácilmente. “Pueden sobrivir a la degradación ambiental; por más que los bosques se depreden, puede vivir en granjas, cerca de gallineros”, refirió.