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Según refiere Cadam a través de un comunicado, en caso de que ingresen al país autos provenientes de Estados Unidos dañados durante el huracán Sandy, se repetiría lo sucedido en el 2005, cuando se importaron vehículos que habían sufrido daños causados por el huracán Katrina.
El texto agrega que unos 200.000 autos han sido dañados por los efectos del huracán Sandy que azotó Washington DC, Baltimore, Filadelfia y Nueva York, en noviembre pasado, según reportes de medios estadounidenses.
De esta manera –señalan– el consumidor paraguayo estará expuesto a un engaño en su buena fe de comprador y a serios riesgos de seguridad vial. “Una falla en cualquiera de los sistemas electrónicos expuestos al agua y barro pueden provocar un grave accidente de cuyas consecuencias nadie se hará responsable”, agrega.
El comunicado subraya que el daño de la inundación causa una variedad de problemas mecánicos que pueden manifestarse mucho después de la venta del auto. “Los motores se atascan o no funcionan en medio del tráfico. Los componentes electrónicos pueden corroerse o dejar de funcionar. Los frenos de antibloqueo, bolsas de antichoque y otros componentes fallan y ponen el vehículo, a su conductor y acompañantes en serio peligro”, señala.
Por otra parte, los vehículos que sufrieron daños por inundación también pueden causar alergias debido al moho y humedad, o implican peligro de bacterias después de haber estado expuestos a aguas de inundación contaminadas.
Cadam recomienda a los consumidores que proyectan adquirir un auto usado que se cercioren de obtener un reporte de la historia del vehículo, con mayor razón si es usado importado. “En el Paraguay no existe mecanismo aduanero para controlar el estado de los vehículos que se importan. Por el contrario, se aplican descuentos al valor imponible por el grado de daños del vehículo importado”, finaliza el comunicado.