Otra versión de la explosión

Otra versión sobre lo ocurrido aquel 26 de noviembre de 2014 en Cuero Fresco se detalla en una “bitácora” hallada en la mochila de un miembro de la ACA. La descripción difiere con lo señalado por el padre de uno de los militares muertos en la explosión.

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La agenda encontrada en la mochila de Rudy Ruiz Sosa, conocido con el alias de “Sargento Mango”, muerto el 29 de abril pasado en un enfrentamiento con miembros de la Fuerza de Tarea Conjunta (FTC), describe lo que ocurrió en la noche del 26 de noviembre de 2014 en Cuero Fresco (Concepción), donde, en situaciones hasta ahora no esclarecidas por la justicia, explotó un vehículo de la Secretaría Nacional Antidrogas (Senad), provocando la muerte del Cap. de Ingeniería Enrique Daniel Piñánez Ciancio (34) y el Subofic. de Infantería José Manuel González Ferreira (39).

Una fuente entregó a ABC Color el último episodio del año 2014 registrado en la “bitácora” del abatido integrante de la banda criminal autodenominada ACA, la cual da, en escuetas líneas, detalles del trágico suceso.

“A las 21:00 hs. aproximadamente dos guerrilleros de la ACA se habían acercado a un punto fijado, en la zona de Yby Yaú, para retocar explosivos en gel y granada industrial, transportando la carga hacia la localidad de Arroyito, en una motocicleta por la ruta N° 5, siendo seguido por una lujosa camioneta color gris, que se le había adelantado en la marcha, cruzando la comisaría de Cuero Fresco, empezando una maniobra para detener a los guerrilleros, apuntándoles con un fusil desde la ventanilla del vehículos y mientras maniobraba para cerrarles el paso (sic)”, narra las primeras líneas del manuscrito, que fue entregado este jueves a la Fiscalía.

Ante la maniobra de los conductores del rodado, -siempre según lo detallado en el diario-, los miembros del grupo criminal reaccionaron. “Los guerrilleros activaron una granada, lanzando cerca del vehículo junto a la bolsa de explosivo, al momento de dar vuelta a la motocicleta volviendo sobre sus pasos, siendo saludado por una ráfaga de arma automática que brillaban por el pavimento y en unos segundos escucharon y vieron la detonación de los explosivos, quedando como resultado, un Capitán de Ingeniería de nombre, …… Piñánez y el suboficial militar de nombre ……., ambos muertos descuartizados y dos agentes de la SENAD heridos gravemente, que el gobierno trata de ocultar por todos los medios, los dos guerrilleros regresaron sanos totalmente (sic)”, concluye el relato.

La descripción sobre el atentado en Cuero Fresco, encontrada en la agenda que estaba en poder del “Sargento Mango”, difiere en algunos episodios con lo narrado por el Gral. (SR) Herminio Piñánez Balmori, padre del Capitán Piñénez, fallecido en la tragedia, quien seis meses después de lo ocurrido hizo público a través de ABC Color datos que manejaba su hijo sobre la corrupción dentro de la FTC.

De acuerdo con la “bitácora” del abatido miembro del ACA, los “dos guerrilleros” fueron interceptados por unos hombres que iban a bordo de una camioneta, sobre la Ruta V, a fin de detenerlos. En tanto, el padre de Piñánez había indicado que –según los datos que recabó-, un equipo de la FTC que realizaba en ese momento una operación encubierta pactó un encuentro al costado de la ruta con el proveedor de explosivos de los criminales de la zona (“hombre logístico”), quien, tras recibir G. 50 millones y otros beneficios, llevaría una bomba con detonador a distancia -preparada por el capitán Piñánez- hasta el campamento de los forajidos, donde la haría detonar, sacrificando su propia vida.

El segundo momento donde las versiones se contradicen hace referencia al instante en que “los guerrilleros”, al verse acorralados, activaron una granada que fue arrojada “cerca del vehículo junto a la bolsa de explosivos”, la cual explotó segundos después, previa huida de los marginales. El relato del padre de la víctima del atentado refiere que el “hombre logístico” recibió la bomba con su detonador, conforme a lo planeado. Este bajó de vuelta el bolso que contenía el material para arrancar su biciclo y, sorpresivamente, partió a toda velocidad del lugar y a los pocos segundos de su partida se produjo la explosión. Añadió que el conductor y otra persona que estaba en el móvil huyeron del lugar antes de la explosión, porque todo estaba planeado para matar al capitán Piñánez.

En otro pasaje del breve relato hallado en el diario de la ACA, específicamente momentos antes de la explosión de la camioneta, “los guerrilleros” recibieron una ráfaga de armas automáticas “que brillaban por el pavimento”. Según el Gral. Piñánez, un hombre que vivía a 200 metros del lugar donde explotó el vehículo de la Senad solo escuchó, cerca de las 20:00, el ladrido de los perros por la presencia de la camioneta estacionada en medio de la oscuridad y seguidamente la fuerte explosión del rodado, que terminó “moviendo los objetos colgados de las paredes”. Este vecino de la zona no contó al Gral. retirado sobre una balacera previa a la explosión.

Para el titular de la Senad, Luis Rojas, “hay medias verdades” en las acusaciones que hace el Gral. Herminio Piñánez. Consideró que, teniendo en cuenta que se trata de la versión de un familiar de una de las víctimas, el relato “tiene otros significados, otras connotaciones”. “Pero igualmente, la muerte de un hijo... un excelente oficial, intachable, buena gente”, agregó.

El ministro de la Senad evitó opinar sobre las acusaciones del padre y se limitó a señalar que “no quisiera entrar a hablar de un tema engorroso”.

Lea aquí el relato completo del Gral. Herminio Piñánez Balmori

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