Abandono de draga fue por “malentendido”

Productores chaqueños recibieron la promesa por parte del MOPC de que tras Semana Santa retomarían trabajos en Boquerón, luego de que ordenara el retiro de maquinaria tras un tremendo esfuerzo que se hizo para que técnicos contratados lleguen a la zona.

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Tras 10 días de viaje, técnicos contratados por el sector privado y una draga llegaron el pasado viernes al Chaco, específicamente a la localidad de Pozo Hondo, departamento de Boquerón, para iniciar trabajos de canalización del río Pilcomayo; sin embargo, se toparon con la desagradable noticia de que el ingeniero Óscar Zalazar Yaryes, titular de la Comisión Nacional del Pilcomayo, dio la orden de retirar la maquinaria de apoyo para dicho operativo. Él mismo lo confirmó a ABC Color, argumentando que el equipamiento debió ser destinado a la descolmatación de sedimentos en la entrada hacia el canal paraguayo, considerando las fuertes lluvias provenientes de Bolivia.

En contacto con ABC Cardinal, Zenón Morínigo, productor de la zona, confirmó que ya se reunieron con Zalazar tras lo ocurrido y que recibieron la promesa de que los trabajos se retomarían luego de la Semana Santa. Quiso poner paños fríos a la situación asegurando que “solo se trató de un malentendido. Vamos a tratar de dejar de lado lo ocurrido”.

Para el tremendo trabajo que implicó el traslado de la draga a territorio chaqueño, los productores en conjunto –cuya subsistencia está limitada a sus plantaciones que dependen de las aguas del cauce hídrico– hicieron una milonaria inversión; no obstante, Morínigo prefirió no detallar el monto.

La comitiva logística partió al Chaco a finales de marzo, en una verdadera odisea. En principio el viaje debía durar solo cuatro días, pero al tratarse de un equipo pesado, sumando las pésimas condiciones de los caminos y las lluvias, recién se llegó a la embocadura el viernes último en horas de la tarde.

La maquinaria estaba presta para iniciar el sábado las tareas de extracción de la arena sedimentada y arrojarla a una distancia de más de 200 metros, de tal forma a evitar que retorne al río en caso de una eventual creciente y así evitar nueva colmatación, pero por la orden dada por el ingeniero Salazar ese mismo día estos trabajos debieron ser pospuestos. Por tal motivo, la cuadrilla de gente no tuvo más alternativa que volver a Asunción, quedando la draga abandonada en el lugar.

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