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Don Marcial, quien no se declaró liberal de cuna, sino “cristiano”, sufragó a primera hora de esta mañana ni bien la escuela “Nuestra Señora de la Asunción”, de la ciudad de Ñemby, abrió sus puertas para la jornada cívica. Llegó hasta el local de votación con su muleta a cuestas y fue asistido incluso por efectivos de la Policía. El abuelito sería “el hombre más longevo” de Ñemby que votó en este lugar, según sus propias afirmaciones.
Su ejemplo fue el reflejo del espíritu cívico que lucieron los adultos mayores, protagonistas desde muy temprano de estas elecciones. Y es que varios de los primeros en llegar a los locales de votación fueron ancianos, que no dudaron en cumplir con su deber cívico a pesar de los varios obstáculos que debieron sortear, como el debilitamiento de la vista, sorderas parciales y los inconvenientes para desplazarse teniendo en cuenta que varios ya usan bastones o sillas de ruedas.
El abuelito fue muy admirado en el local de votación y envió un mensaje para la juventud paraguaya: “Para los jóvenes debería ser obligatorio votar; tienen que escoger el mundo en que van a vivir, no solo ellos, sino también sus hijos. Para nosotros debería ser voluntario venir a votar, ya que estamos al borde de dejar este mundo”, dijo don González.
La jornada electoral en Ñemby se mostró muy intensa desde tempranas horas. El calor no limitó a los compatriotas que se acercaron a votar. En este colegio formaron largas filas bajo el sol, en el patio del predio. La bebida que ayuda a placar la sed, sin duda, fue el infaltable tereré.