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“Si no se toman medidas y medidas urgentes, esto se va a convertir en una recesión. Estamos a tiempo de frenar”, advirtió el titular de la UIP sobre la situación económica de nuestro país, que ya empieza a presentar síntomas preocupantes que impactan en las familias.
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“Todavía no es recesión, porque recesión sería que ya estemos sin crecimiento; lo que hay es una desaceleración”, explicó Volpe, recordando que a inicios de este año se tenía una expectativa de crecimiento de nuestra economía del 4,2%, pero que debido a varios factores, sobre todo la situación económica de los grandes vecinos, Brasil y Argentina, ahora bajaron al 3,5%.
Citó varios factores que contribuyen a dificultar la situación de nuestro país, pero destacó entre lo principal la devaluación de la moneda brasileña y argentina, que hace a nuestro país menos competitivo y que además se aliente en cierta medida el contrabando.
“El primer tema es la recesión -y ahí sí hay recesión- en Argentina y Brasil, lo cual hizo que el real y el preso argentino se hayan depreciado muchísimo, y al depreciarse se vuelve muy apetecibles los productos de estos dos países”, algo que, explicado en palabras más simples, implica que “sus productos se vuelven más baratos”, comentó Volpe.
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Esto también hace que en nuestro país se aliente no solo importación (legal) sino también el contrabando. “El contrabando sí viene directamente y se vende en la vereda de los supermercados y ahí se vende sin ningún impuesto ni control y esto hace que el mercado formal se vea afectado”, insistió, mencionando sobre todo rubros de alimentos y producto domisanitarios (detergentes, productos de limpieza, etc.).
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Afortunadamente, la exportación no cayó en demasía, lo que ayuda a equilibrar un poco la balanza, pero se requieren medidas más decididas por parte del Gobierno, entre estas, al menos postergar su plan de aumentar los impuestos, estimó Volpe, y que en la práctica se ensanchará más esta brecha a favor del contrabando.
“Lo que pasa que al aumentarle (los impuesto) solamente a los formales, a las economías formales, a las industrias formales, les vas a crear todavía mayores problemas de competitividad, porque se encarecerían los productos formales y el contrabando tendría mayor diferencia”, explicó, planteando que si se aprueban las reformas impositivas planteadas por el Ejecutivo, que en todo caso se apliquen el próximo año.
Otro de los síntomas también que se aprecia es que tal vez el trabajo o la demanda no bajen, pero sí el circulante. “De repente se puede vender pero no se sabe cuándo se va a cobrar; la cobranza está bastante dura y eso hace que los pequeños, los que no tiene pulmón atrás o reservas, se vean afectados con sus compromisos y pagar salarios, eso también ocurre”, explicó.
Algo que si consideran insostenible es el derroche de nuestro impuestos en salarios, mencionando por ejemplo el caso de los parlamentarios del Mercosur. “Estábamos leyendo la información de que se ha gastado US$ 70 millones en los sueldos de esta gente que no hace absolutamente nada. Nos hace pasar vergüenza y, sobre todo, tienen, vuelven a tener funcionarios. No sé qué harán esos funcionarios, estarán jugando concurso de caras largas seguro”, reprochó.
“Realmente es una joda, y seguir cargando el peso de los impuestos para la gente que estamos en la informalidad y, por otro lado, seguir derrochando esos recursos en vez de aplicarlos en salud y educación es lamentable, es totalmente antipatriota”, recriminó finalmente.