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La Ley de Vida Silvestre prohíbe este tipo de actividades clandestinas. Si una persona quiere dedicarse a la venta de los animales –siempre que no sean especies en peligro– debe obtener un registro y un permiso de la Seam. Además, existen multas para la venta ilegal de animales silvestres.
La transgresión a esta norma es criticada por Francesca Crosa, presidenta de la Sociedad Protectora de Animales y Plantas, quien condena en un comunicado "el maltrato y venta irresponsable e ilegal de sapos inocentes en el Mercado 4".
Señala que recibieron denuncias de "la captura enloquecida, no autorizada de sapos grandes y pequeños transportados en una conservadora de isopor sucia, gastada con una agua negra de suciedad, con uno o dos agujeritos miserablemente chicos para respirar y con tapa arriba, y los pobres sapos petrificados y todos encimados como basura, en ese barullo nocivo de los Mercados, perjudiciales para ellos".
Agrega que las personas siguen sin tomar conciencia sobre el verdadero origen de este tipo de enfermedades, que tiene que ver con la proliferación de criaderos que no son eliminados por los propios dueños de casa. "Las únicas instrucciones del Ministerio de Salud Pública son la limpieza de criaderos, casas, terrenos y acudir a los hospitales en caso necesario", puntualiza el escrito.
Días atrás, debido a la información de la comercialización de los batracios, la Dirección de Vida Silvestre de la Secretaría del Ambiente (Seam), tomó intervención en el centro de compras, pero según admitieron los propios vendedores, la información se filtró, por lo que tomaron las precauciones. Según la representante de la cartera del ambiente, Rocío Barrios, dicha visita tenía un fin informativo.
Efectivamente, la ley 96/92 de Protección Silvestre establece en su artículo 37 la prohibición de la caza, transporte comercialización, exportación, importación y reexportación de todas las especies de la fauna silvestre, así como de todas sus piezas y productos derivados que no cuenten con la expresa autorización.