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La salud mental del personal de blanco en Paraguay enfrenta desafíos, según denuncias recientes de exfuncionarios del sector. Un extrabajador del Ministerio de Salud, quien trabajaba en un hospital de Asunción, expuso la falta de contención emocional y apoyo psicológico para trabajadores que enfrentan enfermedades mentales como depresión, estrés laboral y el síndrome de burnout.
En su testimonio, relató que su diagnóstico de depresión grave, junto con estrés laboral y síndrome de burnout, fue el resultado de las altas exigencias laborales y el acoso constante por parte de sus superiores.
“Presentar reposos fue el inicio de los problemas. Muchos jefes desprecian los permisos médicos, y tras una recaída, comenzaron las persecuciones y la discriminación que finalmente me llevaron a renunciar”, comentó.
El denunciante también afirmó que, lejos de recibir apoyo, las autoridades del hospital desestimaron su condición, calificándola de un pretexto para no trabajar. Incluso en una consulta de emergencia en un centro especializado en salud mental, recibió una respuesta que, según sus palabras, fue desalentadora: “Renuncia si no podés trabajar”.
El exfuncionario hizo un llamado urgente a las autoridades, instando al Ministerio de Salud a implementar programas efectivos de apoyo psicológico para el personal, además de capacitar a los directivos de los hospitales en temas de salud mental. “Es esencial abordar esta problemática antes de que sigan ocurriendo tragedias”, enfatizó.
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La respuesta del Ministerio de Salud
Por su parte, la Dra. María Fernanda Rojas, de la Dirección de Salud Mental del Ministerio de Salud, señaló que existe un programa de Salud Ocupacional impulsado por la Dirección General de Recursos Humanos. Este programa, según Rojas, contempla la formación de comités en hospitales para atender al personal, además del acceso a profesionales a través del directorio de Salud Mental.
Sin embargo, reconoció que actualmente no se dispone de datos concretos sobre problemas de salud mental en el personal de blanco, aunque aseguró que se están desarrollando planes específicos en colaboración con el Instituto Nacional de Salud para abordar esta situación.
“Estamos trabajando en programas dirigidos, especialmente para los residentes, con el objetivo de brindar un soporte adecuado ante los altos niveles de estrés en los servicios”, puntualizó Rojas.
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Una realidad que exige acción inmediata
La exposición constante a situaciones de alta presión y el limitado acceso a recursos de apoyo psicológico colocan al personal de blanco en una posición de vulnerabilidad que no puede ser ignorada. Mientras las autoridades trabajan en soluciones, los trabajadores afectados siguen enfrentando las consecuencias, muchas veces en soledad.
La salud mental es un tema que necesita prioridad en las políticas públicas, especialmente en un sector que, irónicamente, está encargado del bienestar de toda la población.