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La visita de la urna que contiene los restos de Chiquitunga a la Penitenciaría Regional de Villarrica fue un momento de gran significancia espiritual tanto para los internos como para el personal. Organizada por la Orden de las Carmelitas Descalzas y la Hermandad de Chiquitunga, la misa celebrada en la capilla Virgen de la Merced permitió a los internos acercarse a la reliquia y ofrecer oraciones en un acto de fe y reflexión.
Carmen Gamarra, coordinadora de la hermandad en la ciudad, subrayó el impacto de estas visitas al recordar la vida de entrega de Chiquitunga, especialmente en el contexto de ayudar a los más necesitados, como las personas privadas de libertad, los enfermos y los ancianos. Este tipo de encuentros son un recordatorio del poder transformador de la fe en la vida de aquellos que atraviesan momentos difíciles.
El evento se desarrolló en medio de la crítica situación que enfrentan las cárceles del país, caracterizadas por el hacinamiento y la precariedad de las instalaciones. Sin embargo, para los organizadores, esta visita representó un “refuerzo espiritual” que busca ofrecer consuelo y esperanza a los internos.
El fraile Juan Antonio Vázquez, de la Orden de las Carmelitas Descalzas, destacó la visita como una oportunidad única para renovar la fe en lugares donde la beata trabajó en vida. “Venimos para visitar a nuestros hermanos privados de libertad, también a los que trabajan en este lugar. Queremos, junto a la reliquia, llegar a todas las partes donde Chiquitunga estuvo trabajando en su vida y compartir la presencia de la beata, junto a un mensaje de esperanza, de que ellos también son importantes, pues ellos también necesitan de su presencia”, indicó el fraile Vázquez.
Aprovechando la ocasión, el fraile Vázquez instó a los devotos de la beata a seguir su ejemplo de vida, trabajando por los necesitados sin discriminación de clase social o de la situación en la que se encuentren.
“Chiquitunga tiene mucho para compartir con nosotros, por sobre todo como ciudadana paraguaya y como parte de esta tierra guaireña. Nos invita a tener la audacia y la valentía de salir al encuentro del otro. Eso es lo que tenía ella, podía trabajar y salir a visitar a todas las personas independientemente de la clase social o la situación en que se encontraban. Por tanto, creo que nos invita a caminar unidos”, finalizó.
Hacinamiento y precarias condiciones
La visita de esta tarde se desarrolló en medio de una situación de hacinamiento, dentro de una cárcel que alberga a personas privadas de libertad prácticamente al doble de su capacidad óptima.
El director de la Penitenciaría Regional de Villarrica, Lic. Denis Caballero, detalló que la misma cuenta con capacidad ideal para unas 250 personas, pero alberga un total de 558 reclusos, de los cuales 32 son mujeres.”Está sobrepoblado, estamos en hacinamiento, pero esta situación es de todo el país, no solamente de Villarrica”, justificó Caballero.
Hace pocos meses, los reclusos de la cárcel de Villarrica amenazaron a las autoridades con llevar a cabo una huelga de hambre como medida de protesta ante un brote de tuberculosis y la falta de atención médica y aislamiento de los enfermos. Sobre esta situación, Caballero alegó que la crítica situación pudo ser controlada a tiempo y que, a la fecha, se maneja sin mayores inconvenientes.
”Ahora está controlado, es una situación muy difícil por el hacinamiento, que vuelve fácil replicar las enfermedades, pero sobre el brote de tuberculosis se trabajó mucho con la parte de sanidad, se les aisló, se los trató a tiempo, entonces está controlado por el momento. La gente de sanidad trabaja en coordinación con la gente de la IV Región Sanitaria, entonces estamos sin mayores inconvenientes”, aseguró.