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Cientos de fieles se congregaron en el cruce Paraguarí-Villarrica para recibir la Reliquia Peregrina de la Beata María Felicia de Jesús Sacramentado, conocida como Chiquitunga. El emotivo evento coincidió con el segundo día del novenario en conmemoración de los 100 años de su nacimiento.
La reliquia de la Beata llegó a la ciudad a las 18:00, donde la esperó una multitud de personas en sus vehículos, que luego la escoltaron en una masiva caravana. Recorrió las calles Padre Carlos Anasagasti y Carlos Antonio López, siendo saludada a su paso por devotos que entonaban cantos y oraron ante su presencia.
Frente a la Catedral fue recibida por estudiantes abanderados de diversas instituciones educativas, autoridades civiles, eclesiales y cientos de personas.
Entre canto y lágrimas de emoción de los presentes, la urna ingresó para la celebración eucarística presidida por el presbítero José María Pérez, cura párroco de la parroquia San Vicente de Paul, de Melgarejo.
Al término de la ceremonia se realizó un acto con números artísticos en honor a la Beata, preparados por la Hermandad de Chiquitunga, apoyada por la Diócesis de Villarrica del Espíritu Santo. También prevén dar una reseña histórica sobre la vida de la primera beata paraguaya.
Visitará a reclusos y enfermos
El Programa Centenario del Natalicio de Chiquitunga, prevé una serie de actividades, destacándose el recorrido de la reliquia por diversas instituciones y parroquias de Villarrica.
Desde este domingo 5 de enero, se iniciará con la visita de la Reliquia Peregrina a la parroquia Nuestra Señora de la Asunción, el barrio Ybaroty y por la tarde al Centro Educativo Sembrador (cárcel de menores).
Así también está planificado que recorra otras parroquias durante los próximos días. Además estará en la Penitenciaría Regional de Villarrica, el Hospital Regional, el Centro Comunitario “Che Róga”, la filial de la Universidad Católica, el Colegio María Auxiliadora y el Monasterio de las Hermanas Clarisas.
Amar al prójimo como lo hacía Chiquitunga
La homilía estuvo a cargo del presbítero Humberto René Vera, párroco de la Parroquia Nuestra Señora de la Merced de Tavaí, quien resaltó el ejemplo de vida que dejó María Felicia de Jesús Sacramentado, motivado por el amor al prójimo, el cuidado a los enfermos y la ayuda a los pobres.
“Algo que debemos recordar de Chiquitunga es la compasión que tuvo por aquellas personas muy necesitadas, dedicó su vida al servicio de ellos. Gente que la conoció hablaba mucho de la acción católica, se decía que ella siempre se dedicaba a visitar a los enfermos, acompañaba a los ancianos y ayudaba a los pobres, por eso podemos decir que su amor era algo concreto, no algo teórico, era fe y la acompañaban siempre las obras”, predicó.
“Chiquitunga no solo se dedicaba por horas a rezar, a estar en el santísimo, sino que también eso le impulsaba a estar con los más necesitados. Tiene que ser un ejemplo para nosotros su frase, cuando ella decía que quiere ser un alma que ame y que viva para consolar a Jesús en los que sufren. Ella entendió que cada sacramento nos tiene que impulsar a la caridad”, añadió el presbítero Vera.