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La producción de tomates en nuestro país se redujo considerablemente y solo unos pocos agricultores, quienes cuentan con invernaderos y tecnología necesaria para soportar el intenso calor de nuestro país, son los que pueden generar los frutos. Esta situación hace que el costo de producción del tomate sea mucho más elevado de lo habitual, y el precio debe ser acorde a la situación para dejar un margen de ganancia.
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El presidente del Consejo Nacional de Productores Frutihortícolas del Paraguay, Abel Brítez, comentó que actualmente el costo de producción del tomate ronda los G. 4.500 el kilo en finca, y para dejar un poco de ganancia, se deben vender entre G. 6.500 y G. 8.000 el kilo en finca. Sin embargo, les están pagando un precio que ronda los G. 5.000, y los agricultores deben poner la caja y el traslado del producto.
Indicó que esta problemática es causada por el contrabando y la nula acción del Servicio Nacional de Calidad y Sanidad Vegetal y de Semillas (Senave), la Dirección Nacional de Ingresos Tributarios (DNIT), la Fiscalía, la Policía Nacional y el Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG).
Señaló que el 2024 fue devastador para los agricultores y que esperan que este 2025 se tome en serio la producción frutihortícola y se mejoren las condiciones de vida de las familias rurales del país.
Presidente Peña “pintó maravillas” en la producción
El presidente de la República, Santiago Peña, visitó el 31 de diciembre pasado la ciudad de Coronel Oviedo y, tras ser consultado sobre la situación del contrabando frutihortícola, dijo que actualmente el Gobierno está librando una lucha contra el contrabando y que se están logrando importantes resultados.
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Dio énfasis a la exportación de tomates que se dio después de 40 años, lo cual representa un hecho histórico para el país. También mencionó que el programa Hambre Cero se implementará desde este año y que el departamento de Caaguazú puede ser el principal proveedor de hortalizas del país.
La exportación de tomates a la Argentina se realizó a un precio muy bajo, y los agricultores cedieron sus productos solo para evitar la descomposición de los mismos.
El año 2024 fue uno de los más devastadores para los agricultores, y buscan que en este nuevo año puedan recuperar las pérdidas del año pasado.