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Se trata de Jorge Ramírez Aquino, quien recibió las penas de dimisión del Estado Clerical y dispensa del Sagrado Orden, del Sagrado Celibato y de las obligaciones a la Sagrada Ordenación, según un comunicado de la Diócesis de San Lorenzo.
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El obispo de San Lorenzo, monseñor Joaquín Hermes Robledo, dijo que Ramírez Aquino no estaba de acuerdo con las exigencias de la vida sacerdotal y que cometió faltas en reiteradas ocasiones y desde hace tiempo, según denuncias de los feligreses de la diócesis donde este servía.
“Yo no voy a decir los delitos por respeto a la persona, pero fueron causas graves lo que llevó a tomar esta decisión. Toda persona tiene derecho a la fama y al respeto, por eso yo no puedo hablar, pero sí hubo causas graves. La decisión fue tomada por las autoridades competentes, por el clero. Fue todo un proceso penal jurídico canónico para tomar la decisión”, afirmó el obispo Robledo.
La máxima autoridad de la Diócesis de San Lorenzo refirió que la investigación fue llevada a cabo desde hace varios meses.
“La Dimisión del Estado Clerical ya fue tomada también desde hace varios meses. Esta decisión se había tomado justamente porque el sacerdote no quiso renunciar”, explicó.
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“Yo tomé la decisión de publicar el comunicado porque tenía noticias de que él seguía celebrando misas, y no podía hacer eso, y fue por eso por lo que nos vimos en la necesidad de informar sobre la decisión que tomamos”, comentó.
El obispo de San Lorenzo dijo que los sacerdotes deben llevar una vida virtuosa, decorosa, y asumir el compromiso que se les enseñó durante su formación sacerdotal.
“Los compromisos asumidos no lo deben tomar como una norma, sino como una vivencia, como aceptación de la vida consagrada, vida sacerdotal, por el amor al Reino de Dios”, agregó.
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Finalizó expresando que todos los sacerdotes están constantemente expuestos y que todos tienen tentaciones, pero que la Iglesia Católica “requiere de sacerdotes con un equilibrio, una vida auténtica, una vida virtuosa, con una moral respetable. Somos pecadores, pero debemos adecuarnos a lo que nos pide la Iglesia Católica”.