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Para los médicos del Centro Nacional de Quemaduras y Cirugías Reconstructivas (Cenquer) la nochebuena y Navidad fue como un día normal. Atendieron a 27 pacientes de diferentes índoles de producción de quemaduras.
“Cuatro de ellos fue por pirotecnia, tres menores y un adulto. Un paciente de un año fue afectado por un fosforito, otro de seis años por una estrellita. Lo bueno es que fueron tratamientos en forma ambulatoria que no pasaron a mayores”, indicó Saúl Zaputovich, director del Cenquer.
“La pólvora inocente no existe”
El profesional de la medicina instó a tener más conciencia, especialmente en esta época de fiestas de fin de año.
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“El tema de quemadura por fuego o agua caliente es cosa de todos los años, más del 60% de nuestros pacientes son menores, más de la mitad son menores de cinco años”, resaltó.
Agregó que si hay un niño quemado es porque hay un adulto que le provee, por lo que se debe analizar muy bien antes de darle pólvora a los niños para que “se diviertan”.
“La pólvora inocente no existe”, indicó al ejemplificar el uso de las estrellitas que son consideradas “inocentes”.
Indicó que con la chispa de las estrellitas se puede quemar un niño, ya sea la ropa e incluso el cabello, sin dejar de lado que siempre hay alrededor objetos que pueden encenderse con una sola chispa.