El ambiente sorpresivo de la madrugada de Nochebuena, con temperaturas que descendieron hasta los 17 grados, marcó el inicio de unas celebraciones navideñas atípicas en Pilar. Durante la mañana de Navidad, la temperatura se mantuvo en 28 grados, acompañada de una brisa del sur que desalentó la concurrencia a la única playa municipal habilitada por el Ministerio del Ambiente, la playa San Antonio, que lució casi vacía.
En cambio, la Costanera de Pilar se transformó en el punto de encuentro predilecto. Familias y amigos estacionaron sus vehículos, compartieron música, tereré y algunos tragos, disfrutando de un ambiente festivo con vistas al río Paraguay.
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Las principales plazas de la ciudad (Mariscal López y De los Héroes) también fueron protagonistas de estas festividades. Con su sombra acogedora y decoraciones navideñas, atrajeron a numerosos visitantes.
Escenarios como el Cabildo, la escultura de la Guitarra y la bicicleta gigante se convirtieron en los favoritos para capturar fotografías y recuerdos en estas fechas especiales.
El regreso de muchos compatriotas residentes en el extranjero coincidió con estas celebraciones. Las familias aprovecharon para reunirse y recorrer los sitios turísticos más emblemáticos de la ciudad, haciendo de esta Nochebuena y Navidad un tiempo de reencuentros y disfrute comunitario.
