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La cosecha de uva coincide con diciembre, momento en que se comercializa en los principales mercados del país. Este producto es muy solicitado por los paraguayos, especialmente para preparar el tradicional clericó, bebida característica de las celebraciones navideñas.
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El productor Milciades Galeano explicó que las parraleras requieren un cuidado constante. En julio, se realiza la poda de las ramas viejas, lo que permite que nuevos brotes surjan en setiembre, garantizando la fructificación para diciembre. Galeano destacó que este cultivo es una excelente alternativa para las familias rurales, quienes lo consideran una especie de “aguinaldo” para cerrar el año con ingresos adicionales.
El mito sobre las parraleras
Respecto a la creencia popular de que las parraleras no deben ser admiradas por extraños porque podrían marchitarse, don Milciades afirmó que este mito tiene cierta veracidad. Según indicó, las plantas son sensibles y pueden marchitarse si se las toca de forma inapropiada, especialmente durante el periodo en que los frutos empiezan a brotar.
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Comentó que el momento más delicado es cuando aparecen los primeros racimos de uvas, y recomendó que personas desconocidas, en especial mujeres, eviten tocar las plantas para evitar dañarlas. Además, indicó que quienes ingresen a las plantaciones deben limitarse a observar sin interactuar físicamente con los cultivos.
Un mercado en auge
El precio de la uva oscila entre G. 150.000 y G. 200.000 por cajón. Los grandes compradores acuden directamente a la compañía San Antonio para adquirir los productos. Además, a lo largo de la ruta PY02, varios puestos móviles ofrecen esta fruta, cuya demanda aumenta significativamente en la temporada de fin de año.