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El Tribunal Colegiado de Sentencia, integrado por los jueces Gloria Garay, Javier Sapena Bibolini y Carolina Silveira, dio continuidad hoy al histórico juicio por feminicidio sin cuerpo al acusado Joel Guzmán Amarilla, pareja de la joven Luz Dahiana Espinoza, desaparecida en setiembre de 2020 en la ciudad de Itá, departamento Central. La pareja tenía un hijo en común.
La fiscala penal Daysi Sánchez actúa en representación del Ministerio Público. Fue quien presentó acusación por feminicidio contra el único sospechoso de la desaparición de Luz Dahiana, cuyo juicio en el fuero civil por la presunción de fallecimiento se encuentra en instancias finales.
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Los comisarios Rubén Paredes, Alberto Franco, Víctor Amarilla y Abel Cantero prestaron declaraciones testimoniales. Los jefes policiales tuvieron intervenciones en distintas fases de la investigación y las diligencias hechas en ese marco, sindican aún más a Joel Amarilla como el interviniente directo y causante de la desaparición de su pareja, Luz Dahiana.
El comisario Rubén Paredes manifestó que tomó intervención tras ser alertado de la desaparición de la joven madre. En otro momento refirió que prácticamente fue el director de la pesquisa en el lado policial, junto con el Ministerio Público. En ese sentido analizaron las filmaciones de las cámaras de circuito cerrado instaladas en frente del inquilinato donde residían Joel Amarilla y Luz Dahiana Espinoza.
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Cámaras de seguridad captaron llegadas de acusado en el caso Luz Dahiana
De acuerdo con lo que refirió el comisario Rubén Paredes, a través de las filmaciones de circuito cerrado que rescataron de la zona y que luego fueron reproducidades en un televisor de 50 pulgadas, el día previo a la desaparición de la joven el movimiento fue normal. Los más resaltante fue que en la madrugada de ese 18 de setiembre 2020, Joel Amarilla dejó en dos ocasiones el inquilinato, pues se observó que llegó a las 3:25 y a las 5:30, siempre según el relato en juicio.
Paredes detalló que en la primera llegada de quien sería Joel se puede observar solamente la luz roja de freno de una motocicleta, pero no se identifica el tipo de biciclo. Ya en la segunda llegada de Amarilla, se puso observar que él llegó con una motocicleta tipo urbana, que era de Luz Dahiana. La misma fue peritada y en la llave de la misma se detectó presencia de sangre humana, pues reaccionó el químico luminol.
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También, según relató Paredes, dentro de la casa se detectó mediante el mismo reactivo gran presencia de sangre humana. Esto especialmente en el recuadro de la rejilla de desagüe de la ducha. Tras varios análisis, se pudo determinar técnicamente que la sangre hallada no cayó en gotas sino por chorros. De lo detectado se tomaron muestras y también de los padres de Luz Dahiana, para una comparación de ADN, cuyo resultado arroyó 99,9% de compatibilidad, determinando que la sangre correspondía a la muchacha.
A esto se suma que, se había encontrado vacía la caja de jabón en polvo que Luz Dahiana y su amiga habían comprado la noche anterior y dejado en un lavadero común del lugar. Este habría sido utilizado por Amarilla para limpiar el departamento. Todos estos aspectos hicieron sospechar a los investigadores, según Paredes de la comisión de un asesinato, por lo que iniciaron una búsqueda incesante de la mujer.
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Teléfono de Dahiana no se movió del inquilinato
Otro aspecto que acrecentó las sospechas de autoría en el caso sobre Joel Amarilla fue que días antes las conversaciones entre él y Luz Dahiana eran cortantes, casi sin muestras de cariño. Sin embargo, el 18 de setiembre de 2020, el tono cambió de parte de Joel que la empezó a llamar “cariño”, según refirió la fiscala Daysi Sánchez en referencia a lo expuesto en juicio.
En ese contexto, el comisario Víctor Amarilla detalló que el teléfono de Luz Dahiana marcó como último sitio el inquilinato antes de apagarse. Poco después, el aparato fue encontrado en poder de la madre de Joel Amarilla. Por otra parte, el celular del hoy acusado figuró que se conectó con una antena de telefonía cercana al departamento en Itá.
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Si bien en un momento del caso también recayeron sospechas sobre el propietario de la carnicería donde trabajaba Luz Dahiana, César Benítez, el informe técnico realizado señaló que estuvo en movimiento durante toda esa madrugada pero alejado del lugar donde habría sido asesinada la mujer. Por este aspecto es que fue desvinculado en la teoría investigativa, refirió Sánchez.
Ese día que desapareció Espinoza, Joel le escribió preguntándole ¿dónde estaba? y también, avisándole que había llevado a su hijo a la casa de su abuelo paterno. Esto, teniendo en cuenta que era él quien en esos momentos tenía en su poder el celular de la joven.
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El comisario Paredes agregó en su declaración que “hubo una planificación por parte de Joel en cuanto al celular de Luz Dahiana que no se movió del inquilinato intencionalmente, porque si él llevaba se iba a saber, pero no contaba con que había circuito cerrado”.
El comisario Abel Cantero por su parte indicó que él participó en la búsqueda de Luz Dahiana Espinoza en un pozo de Julián Augusto Saldívar, con bomberos voluntarios, y en otro más, donde Joel dijo que había arrojado los restos de su pareja. El resultado de esas búsqueda no arrojó ningún elemento relevante.
En cuatro años no se registraron movimientos
En otro momento, la fiscala Daysi Sánchez indicó a nuestro diario que al inicio de la pesquisa se oficiaron pedidos de informes a la Dirección General de Migraciones, para saber si Luz Dahiana Espinoza abandonó o no el país y a través de qué frontera; también al Departamento de Identificaciones de la Policía para conocer si renovó su documento de identidad; además del Tribunal Superior de Justicia Electoral (TSJE) para saber si votó, pero en ningunos de estos casos hubo un dato positivo.
Todas estas diligencias se volvieron a repetir, hace solo 15 días, para conocer si hubo o no movimiento de la joven, pero tampoco saltó información positiva en ese sentido, que pueda dar cuenta que ella siga con vida.