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Las historias de fe y milagro van mucho más allá de la peregrinación, ya que algunos deciden vestir como la Virgen, otros llevan ofrendas, se arrodillan ante el altar y renuevan promesas.
Desde hace 15 años ofrenda su cabello
A las 00:00 de cada 8 de diciembre Carmen Da Silva sacó una tijera de su cartera y cortó el cabello de su hija Lucía Guadalupe, mientras veían los fuegos artificiales en la explanada de la Basílica de Caacupé.
Muchos miraron con asombro lo que estaba ocurriendo, pero era una promesa; una promesa realizada durante su embarazo que fue de alto riesgo.
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“Cada año vengo con mi hija desde Limpio y hoy está celebrando sus 15 años donando su cabello para la Virgen, cumpliendo la promesa”, manifestó Carmen a Noelia Leguizamón, periodista de ABC Color.
Jesús se le presentó en sueños
Claudia Álvarez se vistió representando a Jesucristo durante su caminata. Desde hace cuatro años peregrina desde la ciudad de Itauguá llevando en mano una imagen.
Comentó que padece cáncer y tuvo un derrame facial. Lo más sorprendente de su relato es que afirma que Jesús se le apareció en sueños hace cuatro años, y desde entonces hizo la promesa de visitar a la Virgen de Caacupé.
Agradeciendo por la salud
Adrián Agüero llegó desde San Lorenzo todos los años con su imagen de la Virgencita en manos, caminando desde Ypacaraí, en agradecimiento por cuestiones de salud y trabajo.
Son algunas de las primeras historias que resaltan en Caacupé, cuna de la feligresía católica que hoy está de fiesta.