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Todo paraguayo creció escuchando la guarania y aprendió en las escuelas sobre su creador, José Asunción Flores. Sin embargo, no todos conocen los detalles de su origen.
El escritor Antonio Pecci, uno de los integrantes del Comité Nacional que trabajó en el proyecto de declaración de la guarania como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad de la Unesco, contó algunos datos curiosos sobre este género paraguayo y su creador.
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1. El nombre de “guarania” salió de un poema
El nombre fue propuesto por el mismo José Asunción Flores luego de leer el poema Canto a la raza (1910) de Guillermo Molinas Rolón, en el cual se utiliza el nuevo término, con el que hace alusión a la región donde vivían los guaraníes.
“Y fue también Guarania la región prometida / como tierra de ensueños / de ilusiones y de vida”, dice parte del poema.
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2. La guarania nació tras un largo proceso de investigación
Este género paraguayo nació tras un largo proceso de estudio sobre la cultura popular de Paraguay. Flores llegó a la guarania investigando sobre la correcta escritura de la música paraguaya.
Según los libros de historia, la primera canción interpretada como guarania fue una versión de la polka paraguaya Ma’erápa Reikuaase, en la que José Asunción Flores volcó sus aspiraciones de dar nacimiento a un nuevo ritmo.
La interpretación fue hecha por los músicos de la Policía Nacional en 1924, pues José Asunción Flores la integraba. Según las propias memorias del mismo, la Banda de la Policía en ese entonces no tocaba polca ni galopa, pero logró convencerlos de interpretar esa canción.
Allí el nuevo ritmo empezó a tomar forma. Luego de años de trabajo, finalmente Flores pudo lanzar su primera composición instrumental conocida como guarania: Jejuí.
Las otras dos primeras guaranias compuestas datan de 1928 y fueron: Kerasy y Arribeño resay.
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3. La guarania, ¿se puede bailar?
El investigador y escritor Antonio Pecci relató que la guarania fue escrita a un ritmo de 6x8 y no fue pensada por Flores para ser bailada, sino que es “para ser escuchada”.
El mismo destacó que desconoce la complejidad del ritmo pero destacó que en Paraguay no se baila la guarania. “Pero no sabemos si mañana sale un coreógrafo creativo, porque me dicen que en Campo Grande hay un instituto donde se baila el chamamé, la polca y la guarania”, mencionó.
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4. Flores fue detenido por “vagancia” y estos sucesos lo llevaron a hacer música
José Asunción Flores es hijo de mamá soltera, su madre, Magdalena trabajaba en el “Mercado Guasu” de la época. Desde muy pequeño, se vio obligado a trabajar como lustrabotas debido a las exigencias de su nuevo padrastro, lo cual también al mismo tiempo lo llevó a pasar mucho tiempo en la calle.
Cuando tenía nueve años, la Policía lo detuvo por “vagancia” y luego de salir de la comisaría tomó una drástica decisión: subió a un barco y fue a Alto Paraguay. Según relató su propio hermano, el capitán del barco lo bajó en un pueblito ubicado después de Concepción. Una mujer la adoptó porque le dijeron que era huérfano de padre y de madre.
Así, a los nueve años José empezó así a trabajar en una taninería limpiando máquinas; hasta que un día, luego de casi un año, su madre lo encontró y los testigos relataron el momento como sumamente emotivo. Luego de ello, su mamá lo llevó de vuelta a Asunción, pero no logró contenerlo, por lo cual un día decidió llevarlo hasta la Comandancia para pedir que lo tomen como aprendiz, una práctica común de las madres en esa época.
En entonces director general lo recibió y destinó en la Banda de Músicos de la Policía y fue allí donde José Asunción Flores se enamoró de la música. Al mismo tiempo, en el cuartel aprendió a leer y escribir. “Abrazó la música con una pasión tal que muy pronto se destacó entre sus compañeros”, relató Pecci.
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5. El creador era comunista, “rebelde” y quisieron declararlo como “traidor de la patria”
José Asunción Flores nació en la Chacarita (Ahora barrio Ricardo Brugada) y estuvo afiliado al Partido Comunista Paraguayo. Fue siempre enemigo del Gobierno, pues consideraba que pisoteaba los derechos de los paraguayos, era considerado “un rebelde” por los presidentes sucesivos de su época. Vivió exiliado en Buenos Aires, Argentina, desde 1933.
Cuando estalló la Guerra del Chaco, se presentó a las filas y estuvo al frente. Resultó gravemente herido y casi murió. Manuel Ortiz Guerrero, su jefe y gran amigo, se enteró y ordenó que fuera rescatado.
El Gobierno de Federico Chaves en una ocasión quiso otorgarle la Orden Nacional del Mérito. pero Flores puso como condición la amnistía para los paraguayos exiliados en Argentina que querían volver a su nación. En medio de ese pedido, se dio el asesinato del estudiante comunista Mariano Roque Alonso, quien fue secuestrado y torturado por la Policía.
La familia de Alonso le envió la camisa ensangrentada al creador de la guarania, quien estaba ya exiliado en Buenos Aires, y el mismo brindó una conferencia de prensa en la cual anunció que rechazaba el reconocimiento del Gobierno, y envió una carta a Chavez para informar el motivo.
Muchos líderes del sector radical anticomunista pidieron que sea declarado enemigo de y traidor de la patria, pero el Presidente no lo hizo. Durante la dictadura de Stroessner volvieron a intentar, pero tampoco lo lograron.
Pese a estar afiliado al Partido Comunista, Flores nunca tuvo un cargo. “Para él lo prioriotario era hacer música, su compromiso era con los pobres, humildes y la gente que luchaba, por eso en uno de sus últimos escritos decía ‘‘La guarania es de mi pueblo. Allí están los sollozos de su pasión y los gritos de su rebeldía’”, detalló el historiador.
6. Flores nunca cumplió su último deseo
José Asunción Flores, según sus propias memorias, tenía el sueño de volver a Paraguay y vivir sus últimos días en un ranchito a orillas del río Aquidabán. Ya estando muy enfermo, cerca de 1970, expresó sus ganas de tener un piano en esa casita y terminar una obra que sea su gran broche de oro.
Sin embargo, el régimen de Alfredo Stroessner no le otorgó sus papeles para permitir su retorno a su nación y terminó muriendo en el vecino país. Su último legado fue la redacción de sus memorias.