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Los miles de devotos de la Virgen de los Milagros de Caacupé que participaban de la misa en la plazoleta fueron sorprendidos por una torrencial lluvia, cuando finalizaba la celebración. Siendo las 21:30 continúan las precipitaciones y los fieles se guarecen en los corredores de la Basílica y de los locales comerciales, así como los toldos ubicados en el entorno de la Basílica.
Otros, protegidos con pilotines y paraguas, recorren las calles de la ciudad, principalmente del entorno del Santuario mariano. Indudablemente, quienes están haciendo su agosto en diciembre, son los vendedores de pilotines, quienes ofrecen sus productos por G. 10.000.
En tanto, la Policía destaca el “excelente comportamiento” de los peregrinos.
La lluvia y la mala pasada a los vendedores en Caacupé
La inclemencia del tiempo también está jugando una mala pasada a los vendedores ambulantes, que con sus precarias sombrillas evitan que el producto que ofrecen sean mojados y sigan con la venta, como chipas, asaditos, butifarras, los tradicionales “Caacupé Poty”.
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Las calles caacupeñas por momentos se inundaron de raudales y los fieles no tuvieron otra alternativa que caminar en el agua y se los veía a algunos con los pantalones remangados, los zapatos totalmente mojados y hasta descalzos, recorrer por la ciudad.
En tanto, siguen llegando los peregrinos desafiando la torrencial lluvia, con el objetivo de participar de las misas de la madrugada y otros que harán horas para asistir de la misa central, que comenzará a las 06:00, y que será presidida por el obispo ordinario de Caacupé, monseñor Ricardo Valenzuela.
Lo positivo de la lluvia es que se produjo un marcado descenso de la temperatura, que contraste con las altas temperaturas de la mañana y tarde de este 7 de diciembre en la Villa Serrana.