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Artistas de la fe
Desde Kurusu Peregrino los primos Arnaldo Villamayor (43) y Pedro Villamayor (33) forman parte de la caravana caminando en zancos. Ellos son oriundos de Caacupé y hacen el mismo trayecto desde el año 2000 en “agradecimiento por todos los favores recibidos”.
Aseguran que no importa el clima y de hecho tienen práctica de haber caminado bajo el lacerante sol, ventarrón y torrenciales lluvias.
“Somos artistas y docentes de educación artística”, dice Arnaldo, también conocido como Piolín, al destacar que ahora se desempeña como director de la escuela básica de la compañía Ytú Guasu.
Hacen teatro, shows infantiles y enseñan a los que quieran a utilizar los zancos. “Es muy fácil, con decisión todo se puede” añade.
Quienes quieran aprender con ellos los pueden contactar al (0981) 104 – 602.
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La Virgen que siempre cura
Los devotos de la Virgen de Caacupé llegan para agradecer más que nada por salud, tal vez con más empeño, ante las carencias del sistema de Salud Pública.
Bajo una sombrilla abejita desde hace 5 años peregrinan desde el kilómetro 48 Sebastián Mendoza (22) y Lexi Irene Mereles (20). En esta ocasión los acompaña su pequeño Alan Gael, de un año y un mes, quien hace poco se recuperó y ahora viene a pagar su promesa.
Doña Lucía Jara (69) es la mamá guasú de la familia Jara de Luque quien encabeza la peregrinación familiar a Caacupé con varios de sus integrantes. Caminan desde Kurusu Pablito y personalmente ella tiene una promesa que pagar: “Se me había caído una carretilla encima de la pierna que casi se me quebró. Casi ya no caminaba, pero me encomendé a la Virgen”, dice mostrando el resultado a la vista y agregando que también esta caminata lo hace contra todos los efectos de la chikunguña.
Otra pareja que traía una maleta rodando vino desde Encarnación y empezaron la caminata en la Cruz Mayor. Oscar González y Estela González vienen junto a Virgen también en recuerdo de su madre que nació en Caacupé.
Minerva Villagra (36) también es oriunda de Caacupé. Su hija Daphne Duarte Villagra hoy tiene 13 años. A la edad de un año y ocho meses le diagnosticaron leishmaniasis y luego hepatitis. Su madre la encomendó a la Virgen y empezó un tratamiento por las festividades de Caacupé, que le llevó dos años. También se encomendó al Divino Niño y exactamente antes de la Navidad se curó totalmente. “No tiene rastros de la enfermedad en la sangre”, asegura la madre al señalar que ya cumplió la promesa de 7 años con la Virgen y ahora va por cuarto año cumpliendo con el Niño mediante el pesebre. “Ella ahora juega fútbol en el colegio con toda la fuerza y la vitalidad”, dice mientras trabaja como promotora de yerba en un puesto de Hildebrand en el trayecto a Caacupé.
Trasplantado renal
Quien diría al verlo caminar hacia la Basílica que a Héctor Zalazar (38) se le había trasplantado un riñón en el Instituto de Previsión Social en 2022. Ahora se encuentra perfectamente bien y peregrina a Caacupé en compañía de Gloria Pérez.
En principio, el riñón no estaba respondiendo, pero milagrosamente el 8 de diciembre, día de la Inmaculada Concepción, el nuevo órgano empezó a funcionar, permitiéndole pagar su promesa.
Miguel Maldonado (47), de Luque, camina solito en recuerdo de su madre Vicenta Aveiro de Maldonado, quien había sido sometida a dos trasplantes de córnea por el Dr. Enrique Capello un 7 de diciembre hace varios años ya. La madre ya no está terrenalmente, pero en su recuerdo y devoción a la Virgen su hijo camina hasta la Basílica cada año.
A la par de ellos peregrinan sin pausas Roque Benítez y Sandra Cabrera con su pequeño Mateo (6 años). Vienen de Capiatá y caminan desde Curuzu Peregrino por primera vez con el niño vestido de Albirroja.
Ana Colmán y Agustín Colmán vienen de Loma Pytá e iniciaron la caminata en Kurusu Pablito. Lo hacen acompañados de toda la familia.
Tres hermanas que son un roble
Tres hermanas que ya superaron las siete décadas encabezan y transmiten ganas al resto de la familia en su peregrinación familiar. Todas son de Capiatá y mantienen la tradición heredada de su madre desde que eran muy jóvenes, adolescentes, caminando desde Ypacaraí.
La mayor es Eugenia Jara de Cañiza con 77 años, Teodora Jara de Barrios (75) y Juliana Jara de Delgado (74), todas con sus hijos y con varios nietos ya.
Desde la lejana Concepción
Otra peregrinación en familia es la de las familias Romero – Ocampos y Alfonso – Giménez, quienes vienen desde Concepción para iniciar su caminata en Ypacaraí. Desde hace 17 años toda la familia se prepara para la magna fecha con sus remeras alusivas como las que lucen esta vez. El grupo grande lo conforman unas 25 personas agrupadas por el ritmo de caminata. Todos entusiasmados y alentando a toda la gente que viene de la capital norteña.