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El caos generado por la breve pero intensa lluvia registrada ayer, miércoles, motivó a los comerciantes del Mercado Municipal Número 1 de Luque a reclamar una mayor frecuencia de la recolección de basura en la zona. Las calles del sector con mayor movimiento comercial quedaron bajo agua.
Los propietarios de locales comerciales manifestaron que la inundación pudo haberse evitado si el servicio de recolección de residuos fuera más frecuente. Señalaron que actualmente es insuficiente y que la acumulación de basura se vuelve un obstáculo constante. “A veces no pasan en días y el mercado se convierte en el basurero de la zona”, indicó Carlos Bejarano, comerciante.
Los vendedores explicaron que muchos ciudadanos aprovechan los días de lluvia para dejar bolsas de basura en la vía pública, las cuales son arrastradas por raudales y terminan obstruyendo el sistema de desagüe, causando taponamientos que derivan en las inundaciones.
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Los comerciantes coincidieron en señalar la urgente necesidad de contar con una recolección de residuos al menos tres veces al día.
Consideraron que, además de mejorar la circulación del agua en días de lluvia, un aumento en la frecuencia de este servicio ayudaría a cambiar la imagen de basurero que proyecta la zona del mercado y contribuiría a lograr un entorno más limpio y seguro para los trabajadores y los clientes.
Raudal arrastró un auto y ocasionó pérdidas materiales
En la tarde del miércoles, las calles y veredas del mercado municipal de la ciudad de Luque quedaron inundadas en pocos minutos por efecto de la copiosa lluvia. Incluso un automóvil fue arrastrado por los raudales.
Una persona captó el momento en que el vehículo estaba siendo arrastrado por el fuerte caudal de agua que generó la lluvia sobre la calle Moisés Bertoni. Afortunadamente, no había personas en el interior, y una vez que disminuyó la correntada, pudieron remolcar el auto hasta la vereda.
El agua ingresó a varios locales del sector, y reportaron daños en artículos, principalmente de calzados y electrodomésticos. Durante horas, los comerciantes debieron liberar de agua los salones comerciales con ayuda de escurridores.