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La triste imagen de los tomates podridos en las plantas y otros tirados en el suelo, se ve en la propiedad de Maximino Melgarejo. Este productor dijo que son unos 10 mil kilos de la fruta los que se han perdido por no poder comercializarlos, el perjuicio económico es enorme.
Al inicio de su trabajo la expectativa que tenía era poder tener un mercado seguro para el programa Hambre Cero, implementado por el actual gobierno de Santiago Peña Palacios.
Pero se vio sorprendido cuando se enteró que este programa sólo iba a llegar a algunas instituciones educativas del primer departamento.
“Nosotros le proveemos a la empresa Blanca Nieves (encargada de almuerzo escolar en la instituciones beneficiadas), que compra de acuerdo a la cantidad de alumnos de las escuelas y colegios que están dentro del programa Hambre Cero”, dijo el productor.
Por la poca cantidad de alumnos beneficiados, la firma no ha podido adquirir los tomates como en años anteriores.
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Precios bajos
Ante la falta de mercado para el programa Hambre Cero, Maximino Melgarejo tenía en su inmueble la mitad de su producción de tomate sin poder vender.
La situación hizo que muchos revendedores ofrecieran entre G. 1.500 y G. 2.000 por kilo, precios que no convencieron al productor.
Diversidad
En la misma finca se producen locote, remolacha, zanahoria, lechuga, repollo, perejil, entre otros rubros.