“La prisión es como el motor de la epidemia de tuberculosis”, dijo el Dr. Sequera

“Filogeografía y transmisión de mycobacterium tuberculosis abarcado a prisiones y comunidades vecinas en Paraguay” es la publicación que mereció el Premio Nacional de Ciencias 2024 otorgado por la Cámara de Senadores. Los autores, entre ellos el Dr. Guillermo Sequera, hallaron una situación especial que revela por qué hay un aumento significativo de casos.

Guillermo Sequera
“Filogeografía y transmisión de mycobacterium tuberculosis abarcado a prisiones y comunidades vecinas en Paraguay” es la publicación que mereció el Premio Nacional de Ciencias 2024 otorgado por la Cámara de Senadores. Los autores, entre ellos el Dr. Guillermo Sequera, hallaron una situación especial que revela por qué hay un aumento significativo de casos.Sergio González

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“Filogeografía y transmisión de mycobacterium tuberculosis abarcado a prisiones y comunidades vecinas en Paraguay” es el título de esta investigación científica que el Dr. Sequera desglosó para comprender el alcance los datos reveladores que hallaron.

La tuberculosis en las prisiones es un problema de Salud Pública.
La investigación incluyó toma de muestras de los enfermos de tuberculosis en las prisiones.

“La filografía y la geografía son dos ciencias: el estudio de filogenética con la que vemos quién es hijo de quién con el genoma, quién es el abuelo, por ejemplo. Se ve el emparentamiento genético, y eso se puede hacer también con los virus, y las bacterias”, relató.

La epidemia de tuberculosis se inicia en las prisiones.
La epidemia de tuberculosis se inicia en las prisiones.

La otra palabra que interviene es geografía. “El lugar, el territorio; es una manera de entender los patrones de movimientos de los seres vivos”.

En este caso es el estudio de una bacteria, cómo es la dinámica territorial de la bacteria de la tuberculosis entre la prisión y la comunidad en Asunción en área metropolitana, quien le contagia a quien, según explicó.

“La bacteria no se va caminando se traslada a través de las personas y va tomando territorios”, amplió.

La prisión y la tuberculosis, el trabajo que mereció un premio nacional

La investigación que obtuvo el premio nacional de Ciencias es para un equipo en el que intervino también la Dra. Gladys Estigarribia. Y entre las instituciones, el Dr. Sequera por la Universidad Nacional de Asunción, también se empoderó de este proyecto la Universidad Nacional de Caaguazú, y mencionó al Laboratorio Central de Salud Pública.

Del exterior, el Dr. Sequera mencionó a la Universidad de Stanford, que realizó la transferencia tecnológica, el Instituto Oswaldo Cruz de Brasil, la Universidad de Barcelona, y el Instituto de Salud Global.

Este trabajo tiene el objetivo de “tratar de entender cómo son las dinámicas de contagio de la tuberculosis en la prisión y en la comunidad. En la prisión y fuera de la prisión”, remarcó.

“Sabemos que hay mucha tuberculosis en las prisiones no es ninguna novedad, lo que sospechábamos es que este problema de la prisión está afectando a la comunidad, porque estamos viendo más casos en la comunidad”, informó.

Este estudio a nivel genómico con la filogeografía permite ver que “los casos que ocurren en la prisión se contagian de manera muy rápida, y vimos que mucha gente sale de la prisión porque el ritmo de rotación penal es muy alto”.

La prisión y la tuberculosis fuera de ella

Lo graficó de esta manera: “en Tacumbú hay 2 mil personas hoy, dentro de un año hay 2 mil personas de nuevo, pero 1.000 de ellas siguen siendo las mismas. Otras 1.000 salieron”.

El profesional evidenció que la prisión no es un ambiente cerrado, es un ambiente abierto conectado con el resto de la población con altísimo nivel de tuberculosis por las condiciones de encierro y hacinamiento y un montón de otros factores.

Lo que nos demuestra el estudio es que “este problema no es tanto de la prisión, sino que está enfermando al resto de la comunidad, y eso pudimos ver con los genes, los casos de tuberculosis que ocurren fuera de la prisión afectan a hijos o nietos de los casos que están en la prisión”, detalló.

No necesariamente es porque estuvo en la prisión y después hace tuberculosis afuera, hay gente -enferma- que ni pisó a la prisión, nunca se fue a Tacumbú o alguna otra prisión y tiene tuberculosis de la prisión, según el médico.

“La prisión hoy es como el motor de la epidemia de tuberculosis en nuestro país, ahí se generan todos los casos, no solamente los que contamos ahí adentro sino un montón que ocurren afuera”, declaró.

Eso lo vieron con la filografía, “el parentesco genético y podemos armar el mapa, el árbol genealógico de los casos”, dijo.

La investigación de los casos

“Recolectamos las muestras de esputo, de catarro de personas enfermas de tuberculosis de la prisión de Tacumbú y también de la comunidad de Central y Asunción, y otra prisión de Ciudad del Este que tiene muchos casos”, subrayó.

Al ser la prisión el motor de la epidemia, la salud penitenciaria es un problema mayor y hoy el Programa de Tuberculosis trabaja con sanidad penitenciaria, pero ésta no tiene recursos, depende del Ministerio de Justicia, según Sequera.

Si el abordaje de Salud Pública tiene que atravesar otros ministerios la batalla contra la tuberculosis se complica.

Este no es un problema de decir “listo que se vean ellos, están presos, no es problema mío”. No, te podés terminar enfermando vos de tuberculosis de una cepa de la prisión porque se está desbordando, se está derramando de la prisión a la comunidad.

Las propuestas

A partir de sus hallazgos el grupo investigador hizo varias propuestas, escribieron cartas al director de la OMS, mencionan en esas notas que se trata de un problema mayor.

“Hay que monitorear esto. No es un problema de todos los países, pero si varios países latinoamericanos, Paraguay es uno de los que más casos tienen, Brasil también, y Ecuador ni que hablar”, apuntó.

No es solo tuberculosis

En la prisión se potencian las enfermedades y se derraman en la comunidad aledaña, no solamente tuberculosis, también las enfermedades crónicas que se adquieren por el estilo de vida penitenciario y otros hábitos que se aprenden ahí y después terminan dañando a la sociedad.

Un poco de historia de las prisiones

El Dr. Sequera recordó que “cuando se crean las prisiones antes al condenado se le destinaba al calabozo, se le castigaba en la plaza pública. Y hace menos de 200 años existe como concepto de cárcel, castigar y controlar”.

“Hoy después de casi 200 años de ese concepto tenemos que pensar que cuando hacemos las prisiones en nombre de la seguridad del resto de la población, ahí le enviamos al delincuente. En nuestro caso le enviamos también antes de que tenga juicio y está mal, por eso hay hacinamiento y tuberculosis”, argumentó.

Y añadió, “pero ese concepto de seguridad tiene que ampliarse al concepto de salud porque si una prisión es enferma termina enfermando a la comunidad. Si queremos una comunidad sana tenemos que tener una prisión sana. Es un problema que nos afecta colectivamente pensando filosóficamente”, reveló.

“Nosotros queremos dejar de describir y empezar a intervenir, no hay muchas recomendaciones hay que probar, y usar el método científico para ver si es válido o no. Es una excelente oportunidad para pensar en prisiones nuevas sin tuberculosis. Es un trazador nomás de miles de problemas, pero con este es más gráfico”, sostuvo.

Las propuestas

  1. El equipo liderado por el Dr. Sequera diseña propuestas para presentar a Conacyt para que financie y de esta manera apoyar al Ministerio de Justicia y al Ministerio de Salud.
  2. La recomendación médica es que hablen más fluidamente -los representantes de las instituciones-, que generen tecnologías, conocimiento, experiencia de trabajo, nuevos test para diagnosticar más rápido y nuevos tratamientos.

“Eso queremos aportar en la siguiente fase a este programa. Por ahora todo este logro para mí significa una mayor responsabilidad”, concluyó.

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