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El defensor del Pueblo, Ramón Ávila Macke, prometió ir hasta la ciudad de Ñemby para hablar con los vecinos sobre la mudanza de algunas oficinas administrativas del Instituto Paraguayo del Indígena (Indi) a esta localidad. Los pobladores del distrito de Central realizaron varias protestas ante la posibilidad de traslado de la entidad del Ejecutivo.
La mudanza del Indi a Ñemby y a la ciudad de Yhú, en el departamento de Caaguazú, fue oficializada por el Gobierno a fines de setiembre. El propio titular de la entidad, el general en situación de retiro, Juan Ramón Benegas, confirmó la noticia.
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En Ñemby, la mudanza se realizará a una propiedad que pertenece al ex jefe de Gabinete de la Municipalidad de Asunción, Wilfrido Cáceres, imputado por enriquecimiento ilícito. Según la Junta Municipal local, el inmueble no cuenta con planos aprobados ni habilitación.
Algunos vecinos incluso amenazaron con “quemar” la propiedad en cuestión, ubicada en el barrio Santa Rosa, en contra de la mudanza del Indi que, según dijeron, llevará “violencia, drogadicción e inseguridad”.
Mudanza del Indi: lo que planteó el defensor del Pueblo
El defensor del Pueblo, Ramón Ávila Macke, participó del 18° Congreso Iberoamericano de Derechos Humanos y la 19°Asamblea General de la FIO (Federación Iberoamericana del Ombudsperson), que se realizó esta semana en Asunción. El organismo internacional es presidido desde este año por Paraguay.
En una pausa en el congreso, el defensor fue consultado sobre la situación del Indi y su mudanza. Ávila respaldó la versión del Gobierno, que señala que únicamente algunas oficinas administrativas serán trasladadas a Ñemby, no así las operativas, que tienen relación directa con los pueblos indígenas.
“La gente cree que van a ir los indígenas y van a estar ahí. No, eso no va a ser lo mismo. Los indígenas van a estar en las cabeceras departamentales, ahí van a ser atendidos. Yo, personalmente, voy a asistir y le voy a comunicar a las personas para que se queden tranquilas y velar por eso (Ñemby). ”, aseguró Ávila. Remarcó que todavía no pudo asistir - ni confirmó fecha aún - debido a las múltiples tareas que lleva adelante.
Ávila agregó que es muy triste el trato hacia los indígenas, luego del anuncio de la mudanza. “De repente es triste, ¿Sabés por qué? No tienen otra forma de hacer escuchar sus reclamos, porque es una deuda del Estado y tenemos que velar por que, ojalá, se cumpla también con ellos”, agregó el funcionario.