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Los vendedores y pescadores locales están viviendo sus últimos días de actividad antes del período de veda. Ante la incertidumbre de afrontar los días sin pesca, están esperanzados en la visita de los clientes, para vender la mayor cantidad en los próximos día y juntar más ingresos.
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Ofrecen productos frescos: el tradicional mandi’i cotiza alrededor de G. 40.000 el kilo, mientras que otras variedades como el dorado y la pacú alcanzan los G. 60.000 por kilogramo. La vendedora Fátima Oviedo destaca los ejemplares más grandes y frescos de surubí se venden a precios que rondan los 50.000 a 54.000 guaraníes el kilo.
El sector enfrenta un contexto difícil, marcado por una sequía crítica que redujo las ventas y obliga a los trabajadores a ser creativos para subsistir.
En este sentido, las vendedoras de pescado crudo, quienes también viven de la venta directa, expresan su preocupación por la falta de apoyo estatal. “No recibimos una licencia mensual como algunos pescadores”, comenta una de las vendedoras, quien asegura que esta ayuda podría ser un alivio importante en esta época de baja.
A pesar de las adversidades, los comedores que rodean el puerto siguen ofreciendo platos tradicionales a quienes se acercan a disfrutar de la gastronomía local. Los visitantes pueden degustar desde el tradicional caldo de surubí hasta cazuelas y milanesas de pescado, cuyos precios oscilan entre los 20.000 y 40.000 guaraníes.
Según el informe del Ministerio del Ambiente y Desarrollo Sostenible (MADES), se estableció el periodo de veda pesquera 2024-2025 en todas las aguas del territorio nacional y las compartidas con países limítrofes, con inicio el 4 de noviembre. La medida responde a la necesidad de preservar los recursos pesqueros en un contexto marcado por la significativa bajante de los principales ríos del país.
Durante la presentación de la normativa, el ministro del Ambiente, Rolando De Barros Barreto, destacó que la implementación de la veda pesquera constituye una estrategia fundamental para la preservación de los ecosistemas acuáticos nacionales. “La conservación de nuestros recursos pesqueros requiere el compromiso de toda la sociedad paraguaya”, expresó el titular de la cartera ambiental.
La actual crisis hídrica que afecta al río Paraguay y otros cursos de agua intensifica la importancia de esta medida de protección. El MADES, en cumplimiento de la Ley de Pesca y Acuicultura Nº 3.566/08, suspenderá durante este periodo tanto la pesca comercial como la deportiva.
La normativa establece un régimen de sanciones para quienes incumplan las disposiciones. Las penalizaciones incluyen multas que oscilan entre un jornal mínimo (G. 107.627) y 20.000 jornales mínimos (G. 2.152 millones). Asimismo, la ley faculta al MADES para proceder con la incautación de embarcaciones, vehículos y equipos utilizados en actividades de pesca durante la veda.
El MADES implementará un programa integral de control y vigilancia en colaboración con otras instituciones del Estado. Esta iniciativa busca asegurar el cumplimiento efectivo de la veda, priorizando acciones de educación y concienciación por sobre las medidas punitivas.
La veda pesquera representa una intervención estratégica para garantizar la sostenibilidad de los recursos acuáticos y la estabilidad económica de las comunidades que dependen de la pesca. El MADES insta a la ciudadanía a ser parte activa de la protección de los ecosistemas acuáticos, la preservación de estos recursos naturales asegura su disponibilidad para las generaciones futuras.
En aguas compartidas con la Argentina, la veda comienza el 4 de noviembre y se extiende hasta el 20 de diciembre. Mientras que en aguas compartidas con el Brasil, comienza el 4 de noviembre y se extiende hasta el 31 de enero del 2025.