Doña Arminda, a los 81 años, publica su primera revista: “Oratorio San Miguel de Pereira Cué” de Ybycuí

YBYCUÍ. Una mujer de 81 años sorprendió a sus hijos y a su comunidad al manifestar su vocación tardía por la escritura. Con la ayuda de uno de sus hijos, lanzó su primera revista: “Oratorio San Miguel de Pereira Cué: Memorias de Arminda Morel de Giménez”. A pesar de haber cursado sus estudios solo hasta el quinto grado, esto no fue una limitación para comenzar a escribir.

Dona Arminda Morel de Giménez, 81 años, acompañada de sus hijo Roque Alcides Giménez,  María Angélica Giménez y Ada Ester Giménez.
Dona Arminda Morel de Giménez, 81 años, acompañada de sus hijo Roque Alcides Giménez, María Angélica Giménez y Ada Ester Giménez.emilce ramirez

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A Doña Arminda Morel de Giménez le nació hace años documentar la historia de la evangelización en su comunidad y del Oratorio San Miguel, ubicado en la compañía Pereira Cué de este distrito. Su hijo Roque Giménez siempre veía a su madre escribir, hasta que un día la escritora le comentó que tiene el sueño de alguna vez editar una revista.

La servidora de Dios editó un libro en homenaje a la capilla de Ybycuí.
La servidora de Dios editó un libro en homenaje a la capilla de Ybycuí.

Fue así que su hijo le cumplió ese deseo, comenzó a digitalizar el escrito de su mamá, quien iba dirigiendo cómo quería que quede con imágenes del oratorio San Miguel, fotos de la comunidad de Pereira Cue.

Doña Arminda fue catequista del oratorio de su comunidad durante 25 años. En su publicación narra desde el inicio cómo llegó la evangelización a la comunidad, su desarrollo y la organización pastoral que estuvo a cargo, en aquel entonces, del Padre Julio César Duarte Ortellado.

Los primeros encuentros de Fe

Según el relato de Doña Arminda, las visitas pastorales de los sacerdotes se llevaban a cabo en las casas de familia, ya que la comunidad no contaba con un local para realizar cultos y celebrar la fe. Los sacerdotes solían llegar a caballo, muchas veces invitados por los referentes religiosos de la comunidad para llevar a cabo su visita pastoral.

El párroco del distrito de Ybycuí, Ignacio Espínola, y la escritora Doña Arminda Morel de Giménez posan con la revista que editó.
El párroco del distrito de Ybycuí, Ignacio Espínola, y la escritora Doña Arminda Morel de Giménez posan con la revista que editó.

Entre los sacerdotes que visitaban esta comunidad estaba el Padre Julio César Duarte Ortellado, quien comenzó sus visitas en 1940, llegando asiduamente a Pereira Cué montado en su caballo.

El sueño de un oratorio propio

Ante la falta de una organización religiosa que mantuviera la religiosidad de los pobladores de Pereira Cué, el joven sacerdote Julio César Duarte Ortellado logró motivar a la comunidad para construir un oratorio. En ese contexto, también aparece Mons. Bartolomé Adorno, quien donó el terreno necesario para la construcción del santuario de la comunidad rural.

En la revista, Doña Arminda comenta que gracias a la voluntad de los pobladores, pronto se erigió un modesto oratorio, que tenía aproximadamente 10 metros de largo por 5 de ancho, con paredes de tablas aserradas por los mismos moradores y un techo de paja.

El oratorio San Miguel de la compañía Pereira Cue.
El oratorio San Miguel de la compañía Pereira Cue.

Según la memoria colectiva de la comunidad, en aquella época, la Iglesia Católica en Europa sufría persecuciones durante el papado de Pío XII. Ante el cierre de los templos católicos, muchos lograron rescatar imágenes, objetos y ornamentos, entre ellos, los de San Miguel Arcángel, traídos de tierras lejanas para ser el protector de esta comunidad.

Los sacerdotes relataron en ese entonces que estos objetos fueron traídos en embarcaciones y que la travesía duró más de tres meses hasta llegar a Paraguay. Esto demuestra que, ante Dios, todos somos iguales, y a pesar de su procedencia, esos ornamentos encontraron refugio en un humilde templo de techo de paja y paredes de madera, relata la mujer.

Aquel oratorio, construido por los pobladores de Pereira Cué, se convirtió en un símbolo de fe y unidad para la comunidad. Este testimonio de vida estaba plasmado en un cuaderno y, con ayuda de su hijo, mandó imprimir 200 ejemplares. La venta se ofrece a G.10.000 y todo lo recaudado será destinado al Oratorio San Miguel de Pereira Cué, relató Roque Giménez, hijo de la escritora.

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