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En comunicación con ABC Cardinal, el historiador Hérib Caballero detalló la importancia que tuvo la victoria paraguaya en la Batalla de Boquerón, en el marco de la Guerra del Chaco contra Bolivia (1932-1935), y las particularidades que tuvo ese enfrentamiento clave para el desarrollo del último gran conflicto armado entre naciones en Sudamérica.
El feriado de este lunes conmemora el final de la Batalla de Boquerón, que tuvo lugar entre el 9 y el 29 de septiembre de 1932, cuando una fuerza de alrededor de 5.000 soldados paraguayos atacaron el fuerte paraguayo Boquerón, que había sido capturado por fuerzas bolivianas el 31 de julio de ese año.
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Esa captura vino luego de los primeros enfrentamientos entre ambos países, la captura del fortín paraguayo Carlos Antonio López, el 15 de junio, y la expulsión de los ocupantes bolivianos de esa fortificación un mes después.
Batalla “larga y desgastante”
Caballero describió la batalla como “larga, desgastante” y con un alto costo en vidas –las bajas paraguayas, entre muertos y heridos, se estiman en alrededor de 1.500–, pero indicó que el objetivo de recapturar Boquerón fue “logrado con eficiencia”.
Señaló que la victoria no se dio por medio del asalto y captura del fuerte, que estaba extremadamente bien defendido por unos 700 soldados bolivianos que reforzaron las defensas que ya tenía la estructura. Dos grandes asaltos contra las posiciones bolivianas fueron repelidos por los defensores.
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La victoria llegó luego de que la estrategia paraguaya cambiara, pasando del ataque directo a un cerco para desgastar a los defensores, impidiéndoles poder reabastecerse de alimentos o agua.
Los bolivianos intentaron romper el cerco con un ataque de un contingente que tenía como objetivo reforzar a los defensores, pero el intento fracasó.
La aviación boliviana intentó reabastecer por aire a los soldados que ocupaban el fuerte, pero los lanzamientos eran imprecisos y a menudo las cajas de suministros caían en manos de las tropas paraguayas.
Eventualmente, el cansancio y la falta de agua obligó a los bolivianos dentro del fuerte a rendirse.
Golpe psicológico
Caballero señaló que la victoria paraguaya en Boquerón fue de gran importancia por la relevancia estratégica del fuerte, ubicado en medio del arco de defensa paraguayo en el área; y por motivos psicológicos, ya que había una percepción de que las fuerzas bolivianas eran muy superiores a las paraguayas.
Señaló que incluso en el alto mando militar paraguayo había discrepancia sobre cómo proceder ante el avance boliviano sobre el Chaco paraguayo; por un lado, un grupo –que incluía al presidente Eusebio Ayala y al mariscal José Félix Estigarribia– abogaban por enfrentar a los bolivianos en el centro del Chaco, mientras que otra facción proponía que las fuerzas paraguayas retrocedan hasta el río Paraguay.