Cargando...
La 25 edición de la Peregrinación Diocesana organizada por la Pastoral de Juventud de la Diócesis de San Lorenzo se realizó ayer en la ciudad de Itá con participación de unos 3.000 jóvenes. La actividad tuvo como lema: “Somos la esperanza viva de una Iglesia en salida” y se constituyó en un espacio de reflexión y compromiso con los desafíos actuales de la realidad que enfrenta el país.
Los jóvenes peregrinaron 6 km desde la Granja Padre Pío hasta la iglesia erigida de San Blas, de ciudad de Itá.
Lea más: Pastoral Juvenil lanza duro mensaje contra abusos sexuales, nepobabies y realidad social
El obispo de la Diócesis de San Lorenzo, Mons. Joaquín Robledo, celebró una misa. En un momento de la celebración eucarística, el coordinador de la Pastoral de la Juventud de la Diócesis de San Lorenzo, César Martínez, Leyó un manifiesto de los jóvenes, que tiene nueve puntos de denuncia.
Nueve puntos de denuncias
Mencionan que impulsados por las palabras del Papa Francisco en su última visita al Paraguay: “No queremos jóvenes que se cansen rápido y que vivan cansados con cara de aburridos, queremos jóvenes fuertes, queremos jóvenes con esperanza y con fortaleza”, los jóvenes denuncian, en primer punto, “la falta de compromiso de nuestras autoridades políticas, que siempre nos hacen promesas durante toda una campaña política, pero una vez que llegan al poder, se olvidan del pueblo, velando solamente por sus propios intereses.
En segundo lugar, la falta de oportunidades educativas. “Nos encontramos con la dificultad de un acceso limitado a universidades públicas en nuestras ciudades, muchos jóvenes se ven obligados a migrar o a someterse a largas horas en transportes inseguros, por calles inseguras, para alcanzar universidades públicas fuera de sus localidades, otros ante la falta de alternativas optan por instituciones privadas, sin obviar que los aranceles elevados imponen una carga financiera significativa”.
En el tercer punto, denuncian “las escasas oportunidades laborales, que nos exponen a la incertidumbre respecto a nuestro futuro, y quienes logran tener la mínima oportunidad, están expuestos a trabajar más allá de la hora establecida, otros encaran horarios rotativos que obstaculizan nuestra formación continua y afectan nuestra salud física y mental”.
“Observamos con preocupación la prevalencia del nepotismo, una realidad que ya no causa asombro en nuestras autoridades, ni les causa la mínima vergüenza. Exigimos con respeto y compromiso, un entorno laboral fundamentado en la igualdad de oportunidades, donde el cumplimiento de las leyes laborales sea la norma, no la excepción”, resaltan.
En el siguiente punto denuncian la falta de acompañamiento con respecto a la salud mental. Lamentablemente, observamos con preocupación un aumento de casos de suicidio entre jóvenes, nos duele profundamente ver cómo algunos de nuestros amigos y compañeros de comunidad enfrentan batallas internas que a menudo se manifiestan de manera trágica, o ver cómo el consumo de drogas y alcohol afecta la vida de nuestros jóvenes, indica el texto.
Lea más: Cartismo matará hoy iniciativa popular “Chau Nepotismo”
Exigimos con amor, un enfoque más comprensivo y efectivo para abordar las cuestiones de salud mental, con la implementación de programas de apoyo psicológico accesible y la promoción activa de la conciencia sobre la importancia de la salud emocional en nuestra comunidad, indica el mensaje de los jóvenes.
Inseguridad, microtráfico, violencia y deficiente sistema de salud
En el orden cinco del manifiesto de los jóvenes, denuncian la inseguridad en las calles. La delincuencia se apoderó de ellas, de las plazas que deberían de ser lugares de encuentro y recreación; en algunos casos, lamentablemente, se convirtieron en espacios ocupados por el microtráfico, creando un entorno peligroso y poco propicio para el desarrollo sano de nuestros jóvenes, afirman.
“Pedimos que se tomen medidas para combatir este cáncer social que afecta hasta las familias, que los responsables dejen ver esto como un negocio y se promueva un país donde ya no reine la narcopolítica”, añade el escrito.
En sexto lugar denuncian falta de hospitales que respondan a las necesidades de nuestro pueblo. “Es doloroso ver amigos y familiares enfrentando situaciones que podrían evitarse con un acceso más equitativo a la salud. Exigimos, con amor, servicios de salud accesibles y programas que comprendan nuestras realidades particulares”, expresa el texto.
En el punto siete denuncian la violencia y el abuso en todas sus formas. Partiendo desde nuestros hogares, disfrazada como medidas disciplinarias de los padres o encargados; en las calles, nuestras adolescentes y jóvenes enfrentan situaciones de violencia, desde el acoso disfrazado de piropos que son formas de agresión inaceptables. También los niños que son víctimas de abusos, sin tener la fuerza física de defenderse, agrega el texto.
Lea más: Salud cero
“La triste realidad de los feminicidios que han marcado nuestra sociedad es un recordatorio doloroso de la violencia extrema que enfrentan las mujeres”, dice al final el punto siete.
En el punto 8 del manifiesto denuncian la falta de acompañamiento de los pastores de la Iglesia Católica y el noveno es una crítica a la actitud de los referentes laicos con respecto al protagonismo juvenil.
Asumen compromiso
En otra parte del manifiesto, los jóvenes de de Pastoral de Juventud de la Diócesis de San Lorenzo expresan su deseo de “llevar la misión de amor a la acción”. Para lograrlo asumen seis compromisos:
Lea más: salud mental
El primer compromiso es promover la dignidad humana de la persona, de cada joven, motivando la valoración de los espacios físicos, de decisiones, y pueda sentirse valorado por lo que es.
“Nos duele profundamente un hecho recientemente acontecido donde algunos jóvenes fueron protagonistas de hechos de violencia en el fútbol que ocasionó la muerte de Ismael de tan solo 15 años, un joven que tenia toda una vida por delante como todos nosotros.
El segundo es ser colaboradores activos, listos para contribuir a la implementación de programas que superen las barreras educativas y empoderen a cada joven de nuestra diócesis.
El tercero, ser voces activas, dispuestas a abogar por un cambio en las prácticas laborales y a promover un ambiente donde cada joven tenga la oportunidad de prosperar en función de su talento y esfuerzo.
En el cuarto punto se comprometen a acompañar a los jóvenes, teniendo una escucha activa para todos y en todo momento.
“Nos comprometemos a estar dispuestos a colaborar a la creación de estrategias y políticas que transformen nuestras comunidades en lugares donde podamos prosperar, protegidos y libres de temores innecesarios”, indican en el quinto punto.
Finalmente, en el orden seis del manifiesto, indican: Nos comprometemos firmemente a rezar siempre por nuestros pastores y nuestros líderes laicos, a colaborar con obediencia en la tarea logística y en la evangelización, y así ser una iglesia sinodal en la que caminamos juntos.