Cirugía en paciente con enfermedad de Parkinson podría mejorar su calidad de vida e independencia

Una cirugía practicada a una paciente con enfermedad de Parkinson en IPS podría devolverle una importante calidad de vida, al mejorar sus movimientos. El procedimiento que ya se realiza en el exterior tiene un pronóstico alentador a partir de la colocación de un estimulador cerebral profundo.

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Una cirugía practicada a una paciente con enfermedad de Parkinson en IPS podría devolverle una importante calidad de vida, al mejorar sus movimientos. El procedimiento que ya se realiza en el exterior tiene un pronóstico alentador a partir de la colocación de un estimulador cerebral profundo.Shutterstock

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El Dr. Oscar Servín, jefe de neurocirugía del Hospital Central del IPS, se refirió a la enfermedad del Parkinson, una enfermedad degenerativa que ocurre cuando hay insuficiente cantidad de dopamina en el cerebro, que estimula ciertos grupos celulares para el control motor fino para escribir y trazar dibujos, por ejemplo.

“Cuando se pierden estas células que produce la dopamina se inician tratamientos medicamentosos para suplantar la dopamina con la levodopa pero como es sintético el cuerpo va reconociendo y el paciente vuelve a empeorar nuevamente”, explicó en el programa Vivir Mejor.

La enfermedad de Parkinson tiene estos síntomas motores: temblor, rigidez unilateral que con el tiempo afecta al otro brazo y otra pierna. “La rigidez que afecta a los movimientos, la postura, disminuye la velocidad de la marcha y luego aparecen problemas de coordinación y equilibrio”, sostuvo.

“Estos síntomas afectan la calidad de vida hasta que en algún momento el paciente depende de otra persona para alimentarse, para el aseo diario. Por eso tiene miedo de salir de la casa y quedar con rigidez al momento de cruzar una calle”, apuntó.

Cirugía en paciente con Parkinson es paliativa

“Lo típico es la aparición de esta enfermedad a los 60 años, y es más frecuente en varones que en mujeres, pero hay casos en que aparece más temprano, a los 35, 40 años”, dijo el especialista.

Hay patologías genéticas que pueden desarrollar el Parkinson, es una enfermedad que no tiene cura, y el paciente pierde su actividad laboral por la cantidad de síntomas, según el neurocirujano.

El procedimiento de cirugía es paliativo, aclaró, pero hay una diferencia, ya que el que padece la enfermedad se ve limitado a los 5 a 7 años en que ya puede ser dependiente de otra persona. En el caso de la persona operada recupera su independencia durante 15 a 20 años.

“La estimulación cerebral para trastornos del movimiento se realiza hace más de 50 años en el mundo, pero en el Paraguay, en el Instituto de Previsión Social se hizo ahora porque se cuenta con el dispositivo”, subrayó.

El estímulo eléctrico

“Lo que hacemos es estimular ciertas áreas del cerebro que deben recibir estimulación de la dopamina para activar otras células dentro de la corteza cerebral y controlar el movimiento fino. Reemplazamos el estímulo químico de la dopamina por un estímulo eléctrico”, describió.

La dopamina se genera en ciertas áreas del cerebro donde debe estimular a un grupo celular y estos a otros núcleos para controlar estos movimientos.

“Con la cirugía pequeños electrodos se introducen en diferentes partes -del cerebro- bajo la piel hasta el tórax, donde se hace un pequeño bolsillo para esconder el generador del pulso, que es como un marcapasos cardiaco”, amplió.

“Esto se coloca por debajo de la grasa de la piel, en la primera etapa se hace con anestesia local y una vez introducidos los electrodos se inicia la estimulación de estos electrodos para ver la respuesta. Se le pide que realice unos dibujos movimientos, se va probando la fuerza muscular del paciente, la rigidez. Con este estímulo se ve si se consigue una liberación de la rigidez y mejoría del temblor”, expuso.

El procedimiento tiene dos etapas

“Una vez que se confirma que hay una buena respuesta, se cierra todo y los electrodos quedan escondidos en un bolsillo. El paciente va con el dispositivo apagado tres semanas a la casa, se espera que pase la inflamación por la colocación de los electrodos”, señaló.

El Dr. Servín habló de la segunda etapa. “El paciente es inducido a una anestesia general y se procede nuevamente a abrir la herida, a pasar los electrodos por debajo de la piel hasta el tórax donde se introduce el generador de punto definitivo para el paciente”.

“La mejoría se ve al testar los electrodos, uno busca una mejoría del 50 a 60%”.

“Vuelve al hospital nuevamente y se activa el dispositivo. Los dispositivos biomédicos tienen una chance bastante baja de producir una reacción y un rechazo, si bien está descrito no es frecuente”, informó el galeno.

La mejoría es bastante importante en este paciente de 67 años, -intervenida en el IPS- con una enfermedad de 12 años de evolución, confirmó.

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