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Hace unos días el presidente Santiago Peña advirtió que la ventaja que otorga a Paraguay el “bono demográfico”, de tener la población porcentualmente más joven de Latinoamérica, se va a acabar en dos décadas y delineó los planes de su gobierno para invertir en la juventud. Este fenómeno representaría una ventana de oportunidad única para acelerar el desarrollo económico y social del país, sin embargo, maximizar sus beneficios requiere un enfoque integral que incluya políticas efectivas de educación, empleo e infraestructura.
Según los datos del censo y proyectos estadísticos recientes, la población paraguaya ha estado experimentando una transición demográfica:
- Crecimiento de la población joven: tiene una alta proporción de jóvenes con un significativo segmento de la población entrando en edad productiva.
- Decrecimiento de la tasa de natalidad: en los últimos años la tasa de natalidad ha disminuido, marcando el inicio del bono demográfico.
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Ventajas económicas del bono demográfico
- Fuerza laboral ampliada: la disponibilidad de una mano de obra joven y creciente puede impulsar el crecimiento económico si se gestionan adecuadamente mediante políticas educativas y de empleo eficientes.
- Aumento del ahorro: con una mayor proporción de personas en edad laboral aumenta la posibilidad de ahorro dentro de las familias, lo que puede resultar en más inversión en la economía.
- Potencial de innovación y emprendimiento: una población joven es sinónimo de innovación. La posibilidad de que surjan nuevos emprendedores y tecnologías es mayor, lo que podría transformar sectores clave de la economía paraguaya.
Desafíos asociados
Aunque el bono demográfico presenta oportunidades significativas, también plantea ciertos desafíos que Paraguay debe enfrentar, entre ellos:
- Educación y capacitación: para maximizar la productividad de la fuerza laboral se necesita invertir en educación y capacitación. Esto garantiza que los jóvenes tengan las habilidades necesarias para competir en una economía globalizada.
- Empleo: crear un número suficiente de empleos que puedan absorber a la creciente población activa es fundamental. Esto requiere políticas económicas proactivas que fomenten la creación de empleos formales y bien remunerados.
- Infraestructura y servicios: a medida que la población en edad activa crece, también lo hace la demanda de servicios e infraestructuras. Inversiones en transporte, salud y vivienda son cruciales para mantener un crecimiento económico sostenible.