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El 17 de julio, una pareja de guacamayos rojos, que viven en libertad en el área del Gran Asunción, depositaron dos huevos en un nido artificial ubicado en Luque. Tras 28 días de incubación, los pichones finalmente nacieron ayer, convirtiéndose en los primeros guacamayos rojos en nacer en un entorno urbano en Paraguay.
Gustavo Espínola, director de Asora Py, calificó este hecho como un “logro sin precedentes”, destacando la importancia de que la incubación se haya realizado en un nido artificial y en una zona urbana.
Espínola explicó que una vez que los pichones nacen, permanecen en el nido durante aproximadamente 90 días. Durante este período, los padres se encargan de alimentarlos y cuidarlos, preparándolos para el momento en que abandonen el nido.
El verdadero desafío comienza cuando los jóvenes guacamayos dejan el nido, ya que sus habilidades de vuelo aún son limitadas.
Desafíos y participación ciudadana en la protección de los guacamayos
El mayor problema que enfrenta Asora en el proyecto Gua’a Urbanos, es cuando los pichones salen del nido. Su vuelo inicial es torpe, por lo que a menudo se posan en el árbol más cercano, lo que provoca preocupación en las personas, que suelen llamar a los bomberos pensando que las aves están heridas.
Los guacamayos adultos tienen la capacidad de volar hasta 30 kilómetros diarios, recorriendo toda el área de Gran Asunción. Esto resalta la necesidad de un enfoque comunitario en la protección de estas aves, garantizando que puedan desarrollarse y prosperar en su entorno urbano. “Necesitamos que toda la población del área central los proteja”, añadió Espínola.
Innovación en la conservación y educación comunitaria
Este proyecto busca educar a la comunidad sobre la importancia de convivir armónicamente con la fauna local. La instalación de nidos artificiales en áreas urbanas es una estrategia innovadora con el potencial de transformar los esfuerzos de conservación a nivel global.
Al brindar un refugio seguro para la reproducción de estas aves, se abre una nueva perspectiva para la conservación de especies amenazadas en entornos urbanos.
Los guacamayos rojos, conocidos por su plumaje vibrante y su inteligencia, son capaces de vivir entre 30 y 50 años en la naturaleza, enfrentan graves amenazas debido a la pérdida de hábitat y al comercio ilegal de mascotas, lo que hace que estos esfuerzos de conservación sean aún más cruciales.
Reconocimiento Internacional y valor de conservación
La importancia de este logro ha trascendido las fronteras de Paraguay. Un biólogo de Bolivia, Mauricio Herrera destacó que este es el primer caso conocido de guacamayos reproduciéndose en un nido artificial en una zona urbana. “Es fundamental otorgar un valor de conservación a este tipo de eventos, ya que son sin precedentes”.