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En años recientes, la ketamina ha capturado la atención tanto de la comunidad médica como del público en general. Esta droga, conocida por sus efectos anestésicos y alucinógenos, ha sido objeto de controversia y malentendidos.
Recientemente, la trágica muerte del actor Matthew Perry ha puesto nuevamente a la ketamina en el centro del debate. En este artículo, exploraremos qué es exactamente, cómo afecta al cuerpo y su rol en la medicina y el abuso de sustancias.
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¿Qué es la Ketamina? Historia y desarrollo
La ketamina fue sintetizada por primera vez en la década de 1960 como un reemplazo más seguro de la fenciclidina (PCP) para uso como anestésico humano y veterinario. Desde su aprobación por la FDA en 1970, ha sido utilizada de manera rutinaria en entornos quirúrgicos y de emergencia.
En cuanto a sus propiedades y presentaciones, la ketamina es un agente disociativo que produce sedación, alivio del dolor (analgesia) y amnesia. Está disponible bajo varias formas, incluyendo líquido transparente para inyección y polvo blanco, que es la presentación más común en el uso no médico.
La ketamina actúa principalmente como un antagonista del receptor NMDA (N-metil-D-aspartato) en el cerebro, lo que interfiere con las señales excitatorias de neurotransmisores, produciendo un estado de disociación.
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Los pacientes pueden sentirse alejados de su cuerpo y del entorno mientras siguen siendo conscientes en ciertos niveles. La droga también interactúa con otros sistemas de neurotransmisores, incluyendo la dopamina y serotonina, lo cual puede contribuir a sus efectos alucinógenos y potencialmente adictivos.
En cuando a su uso médico, la ketamina se emplea habitualmente para inducir y mantener la anestesia en contextos quirúrgicos. Su capacidad para mantener la función cardiovascular mientras suprime mínimamente la respiración la hace especialmente valiosa en entornos de emergencias.
Tratamiento de la depresión
En años recientes, la ketamina ha sido investigada y utilizada para tratar la depresión resistente al tratamiento. Estudios han mostrado que puede proporcionar un alivio rápido y duradero de los síntomas depresivos, algo que es particularmente beneficioso para aquellos que no han respondido a otras terapias.
Entre los efectos secundarios comunes de la ketamina se incluyen náusea, vómito, y agitación. En dosis altas, puede causar delirios, disforia, y alucinaciones perturbadoras.
El uso crónico de ketamina puede conducir a daños cognitivos, psicóticos y urinarios, incluyendo ulceración de la vejiga y cistitis. También se ha relacionado con problemas hepáticos y renales.
La ketamina es una droga de abuso popular en ambientes de fiestas y clubes nocturnos, debido a sus efectos disociativos y alucinógenos. Las dosis recreativas pueden variar ampliamente, aumentando el riesgo de sobredosis y efectos secundarios graves.
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Síndrome de abstinencia
Aunque no se considera tan adictiva como otras drogas, el uso prolongado y abusivo de ketamina puede llevar al desarrollo de dependencia psicológica. Los usuarios pueden experimentar síntomas de abstinencia como ansiedad, insomnio y alucinaciones cuando dejan de tomar la droga.
Recientemente, el actor Matthew Perry, famosa estrella de la serie “Friends”, falleció, según informes preliminares, debido a complicaciones relacionadas con el abuso de ketamina.
Este evento subraya la peligrosidad de la ketamina cuando no se utiliza de manera controlada y bajo supervisión médica.