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En conversación con ABC Cardinal este miércoles, el viceministro de Transporte, Emiliano Fernández, el empresario de transporte Alejandro Zuccolillo y la experta colombiana Sofía Zarama expusieron argumentos en favor de la implementación en mayor escala de buses eléctricos en Paraguay, hablando de sus beneficios en comparación con los transportes actuales a combustión.
El Viceministerio de Transporte está elaborando un plan de reforma del transporte público en Paraguay que incluye una renovación de la flota de buses con la incorporación de unidades de alimentación eléctrica, cuya adquisición está siendo negociada con el gobierno de Taiwán.
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Alejandro Zuccolillo, propietario de la empresa de transporte Magno SA (Línea 12), la primera en el área metropolitana de Asunción que incorporó buses eléctricos a su flota -dos hasta el momento-, admitió que los transportes con ese tipo de tecnología suponen una “inversión inicial mayor” a la de los buses de combustión interna.
Sin embargo, señaló que los buses eléctricos generan un ahorro en costos operativos que resulta en que “en el tiempo se termine gastando menos”.
Estabilidad y previsibilidad con electricidad
Señaló que Paraguay genera energía eléctrica, cuyas tarifas tienen mayor previsibilidad y estabilidad que los combustibles, de los que Paraguay es solamente importador y que están sujetos a factores externos como la inestabilidad en zonas productoras como el Medio Oriente, lo que repercute en los costos de forma a menudo impredecible.
“Paraguay es generador de energía eléctrica limpia. En vez de venderla a Brasil, podríamos estar vendiéndola al sistema de transporte”, agregó.
Argumentó que si el Estado ya está subsidiando el sistema de transporte, sería mejor que lo haga con buses con un “factor de carga de energía que genera el país en vez de subsidiar combustible importado, que además tiene presión inflacionaria porque son dólares que tu país envía afuera y eso genera presión sobre el guaraní”.
Derecho universal
Señaló también “externalidades” como la contaminación del aire causada por la “terrible calidad del parque automotor” en Paraguay, que tiene consecuencias en la salud de la ciudadanía y, por lo tanto, también representa gastos para el Estado que la movilidad eléctrica no generaría.
El empresario indicó que un factor clave en la viabilidad de invertir en buses eléctricos es la posibilidad de que las empresas que quieran hacer esa inversión sean beneficiadas con acceso a fondos, plazos de financiación y tarifas específicas para esos tipos de buses.
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Concluyó diciendo que “el transporte público es un derecho universal” y un factor de acceso a los demás bienes públicos.
“Si tenés excelentes colegios pero no tenés transporte, obligás a las personas humildes a llevar a sus hijos en Bolt y eso es un costo prohibitivo”, ejemplificó.
Costo operacional “inferior” en buses eléctricos
Sofía Zarama, jefa de planeación del sistema Transmilenio de metrobús de Bogotá, Colombia –que en años recientes incorporó a su flota unidades eléctricas-, se hizo eco de las afirmaciones de Zuccolillo señalando que el costo operacional de los buses eléctricos es inferior al de los buses impulsados por hidrocarburos.
“Sobre el costo y la comparación entre ambas tecnologías es importante pensar en la vida completa del proyecto. Si pensamos solo en la inversión inicial, por supuesto hablamos de dólares por encima respecto a la tecnología diésel, pero en la operación este costo operacional es inferior”, dijo.
Señaló que es importante tener en cuenta factores como el número de kilómetros, de años a los que se estructura el proyecto, cómo se estructura el modelo, quién termina siendo el propietario (de los buses), lo que incide en las condiciones de financiamiento y los costos globales del proyecto, al igual que la posibilidad de acceso a beneficios tributarios y arancelarios.
El viceministro Fernández, por su parte, argumentó que el proceso de análisis de los costos y beneficios del plan de incorporar buses eléctricos tiene dimensiones no solo económicas, sino financieras, y debe incluir una mirada del beneficio económico global de la electromovilidad versus la combustión.
Señaló que, si bien en tiempo de vida útil ambos tipos de buses son similares -aproximadamente 15 años-, los beneficios económicos, de soberanía energética, de salud y bienestar de la electromovilidad son un “plus” a su favor.