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El 3 de octubre de 1874 Juan Bautista María Vianney fue proclamado venerable por Pío IX y beatificado el 8 de enero de 1905. El Papa Pío X lo propuso como modelo para el clero parroquial.
En 1925, el Papa Pío XI lo canonizó y se instauró que su memoria litúrgica en el rito romano se celebre el 4 de agosto, ocasión en que se celebra además el Día del Párroco.
Antes de la reforma litúrgica promovida por el Concilio Vaticano II, su celebración tenía lugar el 8 de agosto, según contó el cura párroco de Paraguay, Héctor Fariña.
“El 4 de agosto es un día en que todas las comunidades festejan en torno a su cura párroco. Esta fecha del 4 de agosto, como Día del Cura Párroco, se debe a que en el calendario litúrgico se le celebra a san Juan María Vianney, el cura de Ars, que durante mucho tiempo fue el patrono de los curas párrocos”, indicó.
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Día del cura párroco: ¿por qué se celebra el 4 de agosto?
El Papa Juan XXIII escribió en 1959 la encíclica Sacerdotii nostri primordia, en la cual realza, en el centenario de la muerte del santo, las virtudes primordiales de todo sacerdote: la oración, la eucaristía y el celo apostólico.
Cincuenta años más tarde, el papa Benedicto XVI proclamó un año completo conmemorando los 150 años de san Juan María: del 19 de junio de 2009 al 11 de junio de 2010, nombrándolo patrono de todos los sacerdotes católicos, ese año fue llamado el Año sacerdotal.
“Es un sacerdote francés que no se destacó precisamente por ser un buen estudiante en su tiempo de seminario, parece que le costaba un poco el latín; sin embargo, con muchas dificultades, él finalmente recibió la ordenación sacerdotal y le envían a un pueblito que podríamos considerar un pueblito perdido, insignificante, no era una parroquia importante; sin embargo, se dedicó a vivir con mucha intensidad su ministerio sacerdotal en la confesión, en la predicación, en la dirección espiritual, entonces se relata que hubo cualquier cantidad de conversiones”, detalló Fariña.