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La misa de este domingo en la Catedral de Asunción fue presidida por el primer cardenal paraguayo, Adalberto Martínez, quien hizo alusión a la inauguración de los Juegos Olímpicos París 2024, donde se realizó una performance que por muchas personas fue considerada una parodia de la representación del pintor italiano Leonardo Da Vinci de la Última Cena de Jesús en la tierra antes de ser traicionado y crucificado.
Recordó que la Santa Sede calificó de deplorable y ofensiva para los cristianos, católicos y creyentes de otras religiones, especialmente porque se trata de un evento mundial que se une en valores comunes, como el deporte.
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“No debe haber alusiones que ridiculicen las convicciones religiosas de muchas personas”, resaltó.
También indicó que eso no significa que la Santa Sede cuestione la libertad de expresión, sino que se encuentren los límites en el respeto a los demás.
“Estas escenas de la última cena fueron realmente irrespetuosas y lamentamos que sea profanada con remedos que puedan ser ofensivos a la fe eucarística y a la presencia real de Cristo”, remarcó.
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Finamente, recordó que también se profana lo sagrado con una vida cristiana incoherente, “llamándonos católicos pero alejados y enjuiciados del sucesor de Pedro, el papa Francisco.
Agregó que el cuerpo de Cristo es profanado en las guerras, en las muertes, en el tráfico de personas, de armas, en las drogas, en la desaparición de niños, en negarse a compartir el pan con los indigentes o cuando se discrimina a las personas.
“También cuando a las personas se les niega el salario justo o la medicina se profana la fe eucarística”, indicó y pidió que se camine en santidad.
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Lo que dijo la organización de los Juegos Olímpicos
Los organizadores de París-2024 salieron días atrás a dar declaraciones en defensa de la polémica escena durante la ceremonia de apertura, que muchos religiosos interpretaron como una ofensa a los cristianos.
“Nunca hubo ninguna intención de faltarle el respeto a ningún grupo religioso en absoluto” , abundó Anne Descamps, directora de comunicaciones del comité organizador (COJO) en una conferencia de prensa.
Confirmó que la escena en cuestión fue una performance sobre un cuadro que representa a Dioniso, el dios griego que los romanos llamaban Baco y simboliza el vino y los placeres carnales.
Varios historiadores remitieron esta representación al cuadro “El festín de los dioses”, una obra del siglo XVII firmada por Jan Harmensz van Biljert y conservada en un museo de Dijon, en el este de Francia.
“Creo que estaba bastante claro que era Dioniso quien llegaba a esa mesa. Esta ahí porque es el Dios de la fiesta (...) y el padre de Secuana (la diosa y personificación del río Sena, que cruza París) La idea era más bien hacer un gran festival pagano, conectado con los dioses del Olimpo”, aseguró al respecto el director artístico de la ceremonia de apertura, Thomas Jolly.